-¡No, no te vayas!-
-Lo siento creo
que es lo mejor el darnos un tiempo.
-¿Regresarás?
-Sí, esto es sólo por un tiempo; necesitamos darnos
cuenta lo que en realidad sentimos el uno por el otro.
–Pero yo te amo.
-¿Segura?
–Sí, segura.
–Se acerca el tren, tengo que irme.
–Te estaré esperando siempre, ¡te amooooooooooooooooo!
Joshua
subió y tomó asiento, recargó su cabeza en el respaldo y una lágrima rodó por
su mejilla; a lo lejos oyó que Ileana le gritaba algo que no entendió.
El
tren avanzaba lentamente y Joshua trataba de encontrar algún motivo por el que
Ileana se había portado tan distante los últimos días y había tenido que viajar
mucho, ¿será que iría a ver a alguien más? , ¿Que ya no sentía nada por él y no
sabía cómo decírselo? ¿Porqué unos meses atrás todo era tan hermoso y ahora
tenían que separarse?
Todo
había sido tan perfecto, en el año que llevaban juntos. Recordó el día que
llegó a visitar a su abuela; tenía muchos años sin verla y al tocar la puerta,
se topó con la mirada de Ileana, quien en ese momento estaba con su abuela ya
que era su vecina y casi todas las tardes la visitaba para leer o platicar con
ella. Al verla, Joshua se quedó enamorado de su carita tan angelical,- fue amor
a primera vista-, le dijo Ileana, cuando él le declaró su amor. La semana que
se quedaría con la abuela se convirtió en un año, un año que le pareció un día.
Recordó
aquellas tardes tan maravillosas que pasaban juntos, tomados de la mano y
corriendo sobre el pastizal, sonriendo felices, tirarse sobre la hierba; y
aquella tarde, cuando el sol se ocultaba como sabiendo que era su cómplice para
que su amor culminara, con ella entre sus brazos, entregándole su virginidad y
sellando su pacto de amor. Todo parecía un sueño. Sacó de su bolsillo un
anillo, suspiró profundamente y pensó
¡hubiéramos sido tan felices! De pronto, recordó la ultima frase que alcanzó a
oír cuando salía el tren, -Tu maletín, revisa tu maletín.
Alzó
su maletín, lo abrió desesperadamente y vió un sobre y un zapatito de bebé
tejido; abrió el sobre y decía: ¡Felicidades, vas a ser papá! Sus ojos se
llenaron de lágrimas y dijo muy contento -¡Ahora entiendo, ahora entiendo! Ésas
salidas claro, en el pueblo no hay doctor, ése desgano ¡ah!, por eso ya no
comía igual, ja, ja,já,
y yo pensando que ya no me quería ¡pobre!, por eso quería que me quedara hasta
mi cumpleaños, de seguro ése era mi regalo.
En
la próxima parada me bajaré y ahora yo le daré la sorpresa ¡qué tonto, qué
tonto! Pensar que no me quería ja,
ja,ja,ja,ja,ja. De pronto, se oye un rechinar muy fuerte….
Un
tren yace descarrilado a un lado de los rieles, .acostado sobre la hierba en
medio de un silencio absoluto en el campo. Ningún pasajero ha reaccionado, aún
nada se mueve, solo un conejo mordisquea unos renuevos de alfalfa, a unos
centímetros del furgón de lujo.
La mejor forma de expresar lo que sientes es mediante la escritura.......linda historia
ResponderEliminarSí la escritura es un arma y un instrumento y un alimento y muchas otras cosas.
ResponderEliminarGracias! Zkarlett, asi es la escritura te permite ser tu en muchas facetas y conocer cada rincon del lugar que desees conocer.
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