jueves, 14 de febrero de 2013

El grito silencioso de tu voz muda


Mi tranquilidad inquieta
nació desde la luz oscura en ti
desde la ofensiva armonía
de tu escalofriante caricia.

Te convertiste en niña mujer
de un amanecer oscuro
dormido despierto te soñé
y recibiste mi afectuoso desprecio.

Desde tu ausente presencia
toqué las suaves espinas de tu piel
miré en tu rostro una triste sonrisa
y  la bella fealdad de tu alma.

Probé de tus labios el agua seca
y su dulce amargura
porque tu libertad apresaba
a mi odio amoroso
me mostraron tus ojos
la melancólica felicidad
de tu tierna maldad.

El grito silencioso de tu voz muda
mostró tu muerte viva.

Biblioteca: Sor Juana Inés de la Cruz.
Acajete, Puebla.
Elaboro: Edith Barranco Coria.
Pececito de Oro.

1 comentario:

  1. Me emociona tanto darme cuenta que tan importante es la piel para la mayoría de los poetas, a mi me inspira.

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