lunes, 4 de marzo de 2013

Palabras enemigas



Solía Claudia disfrutar instantes eternos en el norte sureño buscando cerca del mar, sumergir sus pies en el agua seca, gozando por la tarde dulzuras horrendas, dejando que el tiempo la cubra con apresurada lentitud, llenando de vacíos el círculo cuadrado.
Apresúrate despacio, amor mío, porque apenas nos queda calma en un tiempo en el que morir, cada vez más, forma parte de la vida. Por eso la urgencia de recordar qué es vivir. Porque el espejo revela nuestras contradicciones y refleja esa sombra antagónica, que señalamos con un dedo reprobatorio, pero que nos sigue siempre alargándose cada vez más según se escapa el día, pues es parte de nosotros, por más que soñemos ser virtuosos.
Palabras enemigas que se convierten en verdad, al ser pronunciadas en nuestras bocas. Aunque a veces parezca que sólo se vuelven ciertas, al ser nombradas entre anuncios publicitarios, en informativos que consumimos, usamos y tiramos, como el papel que envuelve el caramelo mentolado, que llena de espiral aromatizada tu boca.

Ana Rosa Ortiz Hernández
Xicotepec de juárez

1 comentario: