miércoles, 13 de marzo de 2013

Fantabulario




1.       Exelentura: de las palabras excelente y  lectura, que significa que si fue muy bien leída alguna lectura.
2.       Pronunlabras: dícese de la pronunciación y  palabras, que se deriva de la buena pronunciación de las palabras.
3.       Entendificado: dícese del buen entendimiento  del significado de algunas palabras.
4.       Brillantella: proviene de una estrella que brilla más de lo normal.
5.       Chapuposa: reptil extinto que vivió hace millones de años que fue mitad chapulín y mitad mariposa.
6.       Feliccion: dícese de la palabra felicidad y emoción; cuando alguna persona experimenta alguna emoción que la ase feliz.
7.       Exelendaccion: cuando se a realizado una muy buena redacción proviene de las palabras excelente  y redacción
8.       Entendicritura: dícese del buen entendimiento  de la escritura al realizar algún escrito.
9.       Descriptura: dícese de la descripción detallada de la escritura par adquirir conocimientos al escribir
10.   Colomoso: dícese de un color que le es grato verlo diferente y único a los demás, proveniente de las palabras; color y hermoso.
11.   Animor: de las palabras amor y animo que proviene de un sentimiento bueno que experimenta el ser humano al ser correspondido.
12.   Signilabras:  dícese de adquirir conocimiento a través del significado de las palabras
13.   Versumen: dícese de resumir o sacar las frases importante del verso
14.   Poendimiento: de las palabras entendimiento y  poema que se le da al leer el poema y saber de lo que nos esta hablando.
15.   Literaller: dícese de la adquirir conocimientos literarios a través de la escritura, la lectura, y mas.
16.   Abreviatex: dícese de la acción de reducir a pocas letras las palabras. De un texto para ocupar menos espacio.
17.   Fantalabras: desese de fantasear exagerando, fuera de la realidad, es decir jugar con las palabras.
18.   Redactorias: dícese de la redacción de varias historias para  que se expongan al lector.
19.   Inventorias: dícese de  inventar historias tomando encuentra que son propias y originales de cada persona
20.   Siglabras: dícese de los signo  que se les da a las palabras para saber cuando nos quieren dar diferentes expresiones.

BIBLIOTECA PUB. MPAL.
HIGINIO AGUIRRE GOMEZ 3210

TU TRISTE SONRISA SALE DE MIS LABIOS



No quiero vivir durmiendo y quedarme en esta ruidosa soledad,
que me hace una valiente cobarde.
Tu desprecio me quema desde la profunda altura de tu ser.

Estás muerto en vida
y tu triste sonrisa sale de mis labios,
desde la frígida pasión que me das.
Hermosa fealdad que no me deja en paz.
la de tu existencia, que es un jardín desértico.

Me encuentro en una noche soleada,
¡oooh mi dulce amargo
En tus ojos  veo esa brillante obscuridad,
en la que vives inerte,
hablas en silencio
y no te dejas amar.

No sigas con tu melodía silenciosa,
No dejes que se vuelva un odiado amor,
¡Basta ya! Que me revives cuando me  matas.
Deja ya esa existencia muerta.

Mi cuerpo te olvida extrañándote,
flor marchita.
Quiero acariciarte  a golpes.
Despierta ya y disfruta-me.

A mí que soy la luz en las tinieblas.

TERESA JUAREZ SORIA
BIBLIOTECA PUB. MPAL.
HIGINIO AGUIRRE GOMEZ 3210 

SABER SI HAY ALGO DEBAJO


SABER SI HAY ALGO DEBAJO

Aunque no sepamos inventar,
una mirada nos hace crear
un mundo sosteniéndonos.

Apoyarnos en una espalda
para ponernos un traje
 y comprobar que existimos.

Descolgar un sombrero prestado
otra red que mantenga al mundo unido
para averiguar qué pasa con los ciegos.

¿Buscan cerrando ojos si existe Dios?
¿Un pájaro que anda en el aire
y no los deja caerse?

Sin embargo mis ojos buscan
ver una lluvia en el cielo.
Quiero sacarme los zapatos
para pisar otro suelo,
o para saber si hay algo debajo.

Hay más hilo para la red
mis ojos van a tejer
una mirada que
puede ser de Dios.




 C. NORA IVÓN ORTEGA GONZÁLEZ.
                                                                    PEZ DE ORO

BIBLIOTECA:   GUADALUPE  MARTÍNEZ  ORTEGA
CIUDAD:         TETELES DE ÁVILA CASTILLO, PUEBLA

FANTABULARIO




Lluvistrella: (De las palabras: lluvia y estrella) Dícese  de una noche con lluvia de estrellas.
Aguaespe:(De las palabras: agua y espejo) Dícese de agua clara, que te puedes ver como en un espejo.
Ninfabell: (De las palabras: Ninfa y belleza) Dícese  de la mitología griega, Ninfas, mujeres jóvenes de gran belleza, que  habitaban en las fuentes,  bosques, montañas, lagos y ríos.
Kiwiagua: (De las palabras: kiwi y agua) Dícese de la fruta del kiwi, para preparar una rica y deliciosa agua de kiwi.
Portaguar: (De las palabras portada y  guarda) Dícese de las partes de un libro.
Palmacoco: (de las palabras) Palma y coco) Dícese de la palma cuyo fruto es el coco.
Turquemar: (De las palabras: azul  y mar) Dícese  del mar de las playas de Cancún que lucen un azul turquesa.
Saltierra: (De las palabras: salvemos y tierra) Dícese de la frase salvemos la tierra
Jilguercanto: (De las palabras: jilguero y canto) Dícese del  canto del  jilguero que se escucha tan  bonito  como  la   música.
Sapochar: (De las palabras: sapo y charco) Dícese de los sapos que viven en los charcos de agua.
Espeorqui: (De las palabras: especie y orquídea) Dícese de las  diferentes especies de orquídeas tan hermosas que existen en México.
Mariflor: (De las  palabras: mariposa y flor)  Dícese de la mariposa que es tan suave y delicada como una bella  flor.
Pecelibro  (De las palabras: pececito y libro) Dícese de los Pececitos de Plata que somos devoradores de libros.
Casarbol (De  las palabras: casa y árbol) Dícese  de los árboles que son su  casa hogar de los pajaritos.
Sillocama (De las palabras: sillón y cama) Dícese de un sillón que es con vertible en una cama para un buen descanso.
Chocolib (De las palabras: chocolate y libro) Dícese de disfrutar de un buen libro con un chocolatito  caliente.
Playasol (De las palabras: playa y sol) Dícese de estar en la playa recostado en la arena disfrutando el rico sol.
Musigim (De las palabras: música y gimnasia) Dícese que la  música es                                para el alma, lo que la gimnasia para el cuerpo.
Pulsereloj (Delas palabras: pulsera y reloj) Dícese de un reloj que luce como  una bella pulsera.  
Luzficial( De las palabras: luz y artificial) Dícese de la luz artificial.

Ma. de los Angeles Osorio Morales
Biblioteca Pública Núm. 759 “Hidalgo”
San Lorenzo Almecatla, Puebla.













EL NOMBRE DE LOS COLORES


 Ese que ven ahí es el planeta gemelo de la tierra, y aunque gemelo, como un ente en sí mismo, es a la vez muy diferente. Contiene en él las mismas maravillas que nuestro planeta: tierra, aire, mares, animales y humanos, mucha vegetación, flores, árboles… hasta lo ilumina el mismo Sol. Todo en él, un poco más puro, más limpio, más transparente, más natural pero a final de cuentas, en esencia, casi lo mismo. A pesar de las diversas similitudes, hay una diferencia abismal, en este mundo no existían los colores. Digo que “no existían”, porque el pasado 21 de diciembre de 2012, cuando en nuestro planeta esperábamos con júbilo y regocijo el fin del mundo, ellos al contrario, esperaban un renacimiento del planeta; tenían la esperanza de que desde galaxias lejanas, gracias a la alineación de constelaciones, soles, centros, agujeros, etc., se produjera una emulsión de gases, polvo de estrellas, caudas de cometas viajeros y así llegara el color a su planeta.
A diferencia de nosotros, que tristemente no vimos ningún fin del mundo y todo permaneció tal  como estaba y el suave desencantamiento lo cubrió todo de gris, ellos sí vieron verificadas las profecías de sus ancestros: “Un día, del cielo caerán cientos de colores y cubrirán el mundo, las mismísimas estrellas resplandecerán en todo lo que existe y los ojos de los hombres se llenarán de asombro ante tan celestial visión y será una nueva era para la humanidad, la era del Cromocosmos”. Solo los que estuvieron preparados espiritual y emocionalmente pudieron soportarlo, muchos enceguecieron ante tal aparición, su cerebro no alcanzó a comprender tal prodigio; los que estaban dispuestos para semejante cambio, aceptaron el regalo, dieron el cromático salto de nivel dimensional y abrieron su conciencia para sentirse merecedores del color en el mundo, la grandiosa luz que todo lo tiñe de arcoíris.
La esencia de las cosas afloraba en los contornos con todo su esplendor, había color en todos lados y los ojos acostumbrados al gris, veían cientos de matices; ahora empezaban a concebir al mundo de un modo muy diferente, era como si todo lo que habían vislumbrado dentro de su imaginación de pronto habitara el mundo con ellos, sueños y ensueños siendo parte de la realidad.
Hoy tienen un pequeño problema, bueno no llamémosle problema sino una gran empresa; para disfrutar al máximo su nuevo mundo colorido necesitan darle nombre a los colores, tener palabras precisas que encierren la maravilla que los ojos perciben en cada color y hasta la sensación que producen y así, puedan diferenciar unos de otros. Eso les permitiría la felicidad de hablar de ellos hasta más no poder, incluirlos en sus poemas, en las descripciones, en sus reportes, en la literatura, simplemente en sus pláticas cotidianas.
Se ha convocado a sabios, creativos, artistas, escritores, músicos, físicos, biólogos, pintores y hasta a místicos para crear la nomenclatura y hacer justicia al color y al nuevo mundo.
Es una tarea titánica, ¿cómo dar nombre a tan amplia gama de colores? Gracias a la fascinación de ver los colores por primera vez, no podían solo llamar verde (palabra que ellos no conocían, por supuesto) a todo lo verde. Necesitaban precisar todos los verdes que existen tan sólo en una hoja de árbol; y de un árbol en especial, porque una hoja de  encino no tiene los mismos verdes que una hoja de  laurel. Así, empezaron clasificando por tonos parecidos todo lo que existe en el planeta, para catalogar características de las cosas y poder, por comparación, darle nombre a algunos colores. Se apoyaron en prefijos y sufijos griegos y latinos, se esmeraron en ser más cultos e investigaron denominaciones que otros planetas usaban. Buscaron palabras de otros idiomas que pudieran servir.
Hablan de vibración de los colores, de intensidades, de luminosidad, de espesor, de sensaciones, de combinaciones y hasta de sonidos. Es el gran revuelo mundial, ya hasta se empieza a crear una nueva religión, el culto al color, porque dicen que es una esencia divina, la dadora de vida y de felicidad. Es la gran pregunta filosófica de esa nueva era ¿qué es el color? No se preguntan de dónde viene porque todos saben que llegó del cielo, que después de una noche cuando abrieron los ojos ya estaba ahí.
Les llegó información por satélite de algunas palabras usadas en otros planetas, de otras civilizaciones: malva, esmeralda, cerúleo, plumbago, canario, turquesa, cieno, añil, guinda, índigo, fucsia, cobalto, magenta, sepia… Pero no significan nada para ellos, no tienen sentido, no especifican lo que ellos necesitan, así que las desecharon y siguen embebidos en su búsqueda, que ahora es su obsesión: dar nombre a los colores. Lo realmente admirable de esto es que a pesar de su empeño en llamarlos de alguna manera para hacerlos más presentes, para evocarlos e invocarlos cuando no los vean, disfrutan de ellos y no caben de contento por la bendición de tenerlos, de poder verlos y hasta de sentirlos.
¡Salve Dios Color!

Laura Montiel Ugarte
Cd. Serdán, Pue.
Biblioteca Municipal “Hilario Galicia Rodríguez”

con un pájaro y una red


¡Dios existe!  

Anda sosteniéndonos
en el aire, descuelga un hilo
con un pájaro y una red para averiguar si debajo, hay algo
que nos mantiene unido al mundo.
Los ciegos buscan apoyarse en una espalda
Para ver más, sin embargo para saber qué pasa con ellos
¡Hay que ver  ya! cerrando los ojos o inventar sacarnos los zapatos,
ponernos el traje o el sombrero.
Aunque mis ojos buscan otra mirada  para comprobar que existimos, una lluvia deja que sepa si hay un cielo prestado.
¡Mis ojos van a crear eso!
un mundo ya sin suelo ni red,
 ¡y no caerse de Dios!

Celia Hernández López
Biblioteca pública de San Lorenzo Almecatla

Textos de Isaura Berenice Carrillo Lavanderos


TITULO: Ajuar funerario
 AUTOR: Fernando Iguasaki
EDITORIAL: Paginas de Espuma, 2006.

Ajuar funerario es una antología de varios cuentos de terror como-, Día de difuntos, La habitación maldita, Que nadie las despierte, WC, Las reliquias, Animus finibus, Réquiem por el ave madrugadora, La cueva, La casa del reposo, Violencia domestica, así como 83 cuentos mas.
Los antiguos  peruanos pensaban que sus seres queridos ya fallecidos extrañarían  los adelantos (científicos e históricos) de la vida pre-colombiana así que, enterraban con ellos(as) gruesos fardos que contenían vestidos, alimentos, vajillas, joyas, mantones, y algún barrote, por si acaso.
PECESITOS DE PLATA
MI BIOGRAFIA
Mi nombre es Isaura Berenice Carrillo Lavanderos  nací el 5 de noviembre de 1998.Mi papa se llama Gonzalo Carrillo Oropesa y mi mama Martha Josefina Lavanderos  Juárez, tengo un hermano mayor que se llama Gonzalo Carrillo Lavanderos el tiene 17 años.
Cuando mi mama estaba embarazada de mi se le antojaba comer donas rellenas de crema, le agradaba ver caricaturas, y se ponía a llorar cuando veía películas tristes, estaba estudiando la normal superior y en algunas clases sentía que se quedaba dormida y quería salir a caminar, mi papa en el estomago de mi mama me decía bebe, bebe, y yo lo pateaba.
Cuando nací mi mama me reviso todo mi cuerpo para saber si no me faltaba alguna parte.
Logre caminar a los 7 meses cuando mi abuelita estaba cocinando y mi hermano viendo la televisión me pare del sofá y me fui sosteniendo con los sillones de mi abuelita hasta llegar a la cocina para pedirle a mi abuelita un poco de leche, mi abuelita materna sorprendida me abrazo y empezó a ver como caminaba y después empecé a jugar con mi hermano con una pelota  azul  y unos carritos hasta que llegaron mis papas de trabajar.
Cuando cumplí un año mi mama me hiso una comida con mi familia y puso en el patio una piscina verde, mi papa me compro un traje de baño amarillo con florecitas. Al  medió año empecé a hablar mi primera palabra fue papa y la segunda mama, mi primera frase fue quiero coca light porque mi abuelita siempre tomaba coca y me decía que yo no podía tomar eso. En abril mis papas me bautizaron nunca olvidare el olor de las velas en la iglesia.
Iba a cumplir 3 años cuando mi mama me metió al kínder  5 de mayo , al 2° año de kínder me pasaron al DIF mi mama siempre me encargaba con una señora llamada Rosa  porque no podía recogerme  del kínder.
Ya casi para cumplir los 6 años mi mama me inscribió en la primaria General Ignacio Zaragoza.
A los 7 años las maestras de la primaria me escogieron para participar en  los  bailables de Jalisco, Veracruz, y Guerrero todos mis vestidos eran azules las zapatillas eran blancas y mi abuelita siempre iba a verme y me compraba un jugo de naranja bien rico para después de bailar.
A los 8 años mi mama me hizo una fiesta el pastel era grande de 3 pisos tenia color de rosa, sabia y olía delicioso.
A los 10 años tuve mi primer celular era un Nokia azul  que mi papa me había regalado. Y nos llevo a six flax en autobús a mi mama, mi hermano, mi abuelita, el y yo.
A los 11 años me gradué de la primaria solo fueron mi abuelita, mi papa y mi hermano porque mi mama estaba trabajando y no pudo ir. La escuela nos regalo a los graduados una mochila roja y una estuchera azul.
Cuando tenía 12 años gane el 2° lugar en el concurso de comprensión lectora  y 3° en aprovechamiento escolar.
A los 13 años gane el 1° lugar comprensión lectora y me fui a competir a nivel sector con todas las telesecundarias y gane el 2° lugar. Al terminar el siclo escolar gane el 1° lugar en aprovechamiento escolar con promedio de 9.3.
Ahora tengo 14 años y espero volver a tener esos resultados en la escuela.


PECESITOS DE PLATA
Salgo al patio de mi casa me siento en el pasto y admiro las estrellas, las luces que iluminan a la ciudad entera y empiezo a sentir el rose del viento frio en mis mejillas tibias. Siento como el frio desgarra mis labios. Veo la hermosa luna que ilumina todo el patio con su resplandor.

PECESITOS DE PLATA
EL CHAVO DEL OCHO (biografia)
Nació el 8 de Agosto en México. Sus padres son anónimos.
El chavo del ocho tiene 8 años y vive en la vecindad # 8, estudia en la escuela del 8.
Sus amigos son Godínez, quico, la chilindrina, ñoño, Pati, Popis , don Ramón, Jaimito, señor Barriga, doña Florinda, Gloria, el profesor Jirafales etc.

martes, 12 de marzo de 2013

FANTABULARIO: Cristian



1.    Fantablo: (De las palabras: fantástico y vocablo). Dícese de una palabra muy fantástica.
2.    Fantabulación: (De las palabras: fantástico y tabulación). Dícese de la acción de crear fantablos.
3.    Phontrallado: (De las palabras: pone y estrellado). Dícese de un celular el cual tiene la pantalla estrellada.
4.    Perrulgas: (De las palabras: perro y pulgas). Dícese de un perro que tiene pulgas.
5.    Ropanchada: (De las palabras: ropa y manchada). Dícese de alguna prenda de vestir con una mancha.
6.    Torjedrez: (De las palabras torneo y ajedrez). Dícese de un torneo de ajedrez.
7.    Afeitunar: (De las palabras afeitar y tuna). Dícese de la acción de quitarle las espinas a una tuna.
8.    Treparbolar: (De las palabras trepar y árbol). Dícese de la acción de trepar un árbol.
9.    Bihumano: (De las palabras: bi y humano). Dícese de un equipo tan unido que trabajan como uno solo.
10. Lapizcrito: (De las palabras: lápiz y escrito). Dícese de un documento escrito a lápiz.
11. Parisponer: (De las palabras: París y exponer). Dícese de una exposición sobre París.
12. Trigosechar: (De las palabras: trigo y cosechar). Dícese de la acción de cosechar trigo.
13. Congresar: (De las palabras: contestar y agresividad). Dícese de la acción de responder agresivamente.
14. Gomascar: (De las palabras: goma de mascar). Dícese de la acción de masticar chicle.
15. Porfiriante. (De las palabras: Porfirio y mandante). Dícese de un hombre mandón.
16. Cantallo: (De las palabras: cantar y gallo). Dícese de el momento en el que cantas y se te sale un gallo.
17. Perrocorrer: (De las palabras: perro y correr). Dícese de la acción de huir de los perros que te persiguen y quieren morder.
18. Gomarrado. (De las palabras: goma y borrado). Dícese de una corrección hecha con goma.
19. Astroservar. (De las palabras: astro y observar). Dícese de la acción de observar los astros durante la noche.
20. Tacomer. (De las palabras taco y comer). Dícese de la acción de comer tacos.

Nombre: Cristian Gustavo García Osorio
Escuela: “Preparatoria 2 de Octubre de 1968”, BUAP



¿Cómo se llama el libro?


Este libro narra la historia de dos amantes. Un gran pintor llamado Juan Pablo Castel, quien durante la presentación de sus pinturas, vió a una mujer, la cual estaba observando ciertaparte de una pintura de Pablo; en la esquina  aparecía una ventana con alguien mirando sola hacia el mar. Nadie había puesto interés  alguno a ésta escena, por lo cual Juan Pablo le puso atención a aquella mujer, pues además de ser hermosa, fue la única que observó esa escena que para él era la más importante y sólo ella la notó.
En ese  momento,, no tuvo el valor de hablarle y luego de unos minutos, la perdió de vista y no la volvería  a ver hasta tiempo después, pues se decidió a salir a buscarla; pero pasados algunos días y después de estar planeando la forma en la que le hablaría, creyó que nosabría nunca nada de ella,, pero un día en un parque  observó a una mujer parecidaentrando a un edificio, así que la siguió, entonces se dio cuenta de que no se equivocaba, así que subieron juntos por el ascensor, sin embargo  no supo cómo hablarle, así que dijo lo primero que se le ocurrió y terminó en un momento embarazoso para ambos.
Días más tarde la volvió a ver en el mismo parque, se armó de valor y la fue a buscar;  en esaocasión, pudieron estar juntos y charlar un rato, aunque existieron silencios incómodos para ambos; luego de presentarse , consiguió su teléfono y su nombre, el cual era María Iribarne.Pablodecidió hablarle esa misma noche, sin embargo en los momentos que estaban hablando pensó muchas cosas por lo que María le había dicho, se puso mil ideas en su cabeza y cuestionaba todo, cada sonido producido durante la llamada, absolutamente todo,  como solía hacerlo siempre.
Tiempo después consiguió su dirección y fue a buscarla, pero se enteró de que estaba casada con un hombre ciego, entonces se dio cuenta de que le había dado su nombre de soltera, además le dijeron  que había ido a una estancia con sus primos unos días. Regresó a su casa a esperarla a que llegara, cuando regresó se pudieron conocer mejor y se convirtieron en amantes, aunque normalmente se peleaban y se reconciliaban, una y otra vez.
Pasado el tiempo, María invitó a Juan Pablo a la estancia con sus primos, los cuales eran muy tontos, para ambos; estuvieron unos días allí, pero Pablo decidió volver a casa. Como siempre se cuestionaba todo, cuestionó la razón del por qué María pasaba mucho tiempo en la estancia, pensó que algo malo estaba pasando allí; se cuestionó tanto, que llegó a la conclusión de que María era amante de su primo y de él, además de estar casada con su esposo ciego. Salió a buscarla a la estancia, donde pudo confirmar que verdaderamente era amante de su primo; no pudo soportarlo y la mató. Luego fue con el esposo ciego de María y le dijo que su esposa era amante de dos a la vez; tiempo después se enteró de que se había suicidado, y Juan Pablo fue a parar a la cárcel por haber asesinado a María.
Este libro es muy entretenido; además, no sólo habla de una historia de amor, pues tiene valiosas lecciones, como el cuestionarte todo lo que ves,  no solo quedarte con las ideas que muchos creen que es verdad, como lo son los mitos y tabúes, que son los responsables de muchos errores cometidos por la gente, sino cuestionarlos y llegar a tus propias conclusiones.
Nombre: Cristian Gustavo García Osorio
Escuela: “Preparatoria 2 de Octubre de 1968”, BUAP

Dudaba en escribirte estas líneas


El hombre miró el sello postal en el sobre y suspiró. Dobló la carta con cuidado y la metió en la enorme bolsa de su abrigo gris Oxford. Elevó la mirada al cielo como esperando que la respuesta estuviera escrita en el cóncavo azul.
Al guardar la carta, un sonido crujiente de apenas una leve modulación, se percibió en su abrigo.  No le era ajeno nada de lo escrito, sentía la honestidad de María en cada palabra, la honestidad que no por ser verdad era menos dolorosa.  Había previsto esa respuesta, unos meses atrás cuando tomaba su café en la esquina de Riveras Sur. La vio pasar, tan hermosa y autónoma. Quiso mover la mesa, la silla, regar la azúcar o toser fuertemente para que ella lo viera, pero inmediatamente  observó que sí lo había visto y estaba haciendo todo lo posible para no acercarse a hablarle. Recordó que esa tarde fue triste, no tanto por lo nublado del cielo que a él siempre le parecía elegante, sino por el desaire de su querida María.
Se fue caminando, casi arrastrando los pies por el piso marmoleado, y se sentó en el sofá, cogió el tercer tomó de La Odisea. Sus muchos años no pesaban tanto como aquel regordete libro donde el guardaba las cartas; respiró raspadamente y antes de guardar aquel deslucido pliego, volvió a leer.
Hola David:

Dudaba en escribirte estas líneas, pero mi madre y Jorge me alentaron a hacerlo. No te miento que me pareció sorprendente que me buscaras después de tanto tiempo; cuántas veces deseé encontrar alguna carta tuya en el buzón de casa, pero esos tiempos pasaron. Jorge encontró prosperidad en su negocio de organizador de fiestas, como sabrás.

Sofía está realmente sana, creciendo; va a graduarse ya de la secundaria, sacó los ojos almendrados de mi madre y Enrique tiene un cierto aire  a ti; le gustan los libros y andar investigando, coge una lupa y anda por todo el jardín inspeccionando cualquier bicho raro. Mi esposo piensa que con el tiempo se le pasará, yo preferiría  que no, pues esa cualidad intelectual siempre te la admiré.

Bueno, ¿qué te puedo decir?, ¿cómo resumir la vida de una persona, en tan pocas líneas? Creo que lo interesante se ha dicho. Tengo una familia que amo, trabajo media jornada en una importante galería de arte que me permite exhibir mis pinturas. La vida es activa por el día, pacifica en las noches. Realmente disfruto.

Por último, la respuesta a tu pregunta es: no te preocupes, no hay que perdonar nada. Las cosas a veces son así y tú fuiste por lo que te parecía importante; no te culpo. Sería tonto negar que me hiciste falta, decir que no extrañé tu olor y abrazos, pero te repito, eso ya pasó. Pido por favor que te cuides, pero como ya te comenté, realmente disfruto la vida, no quiero mentiras ni caos en ella. Así que por favor, no vuelvas a buscarme; no lo malentiendas, sencillamente así es mejor.

María.

El viejo David quería llorar, pero las lágrimas se le habían secado con la edad, algo obvio para quien muy pocas veces se dejó ser vulnerable, fue un hombre introvertido. Veló por los intereses de la ciencia, se casó y divorció, pasando casi toda una vida con su investigación de geología atómica y cuando se dio cuenta de que la vida se le había ido, estudiando un montón de piedras que le habían arrojado datos inexactos del origen mineralógico de las cuevas Torous, intentó enmendar su vida.

Así era en ocasiones la empresa de la ciencia, uno podía dedicar toda su vida a un descubrimiento, para que al rato ese hallazgo se convirtiera en una teoría, que lo más probable era que no fuera totalmente exacta y se pudiera desmantelar. No se arrepentía de su oficio como científico, el amaba los fósiles y minerales, tanto como un chef puede amar el cacao, la harina y los aderezos.

Simplemente se había dado cuenta algo tarde de que también amaba a su familia, más allá de la vida en el laboratorio y las cuevas. Entendió que aparte de ser un científico con exceso de tierra en las uñas, que persiguió y logró el prestigioso puesto de Director del Instituto de Ciencias Geológicas del Norte, se podía ser esposo, amigo, padre, hermano, un hombre pleno. Había tratado de acercársele a María tantas veces desde hace algunos años, mas le resultaba difícil.

Estando en las cuevas Torous escribía postales que enviaba en Navidad o primavera, ofreciéndole apoyo económico, trabando unos garabatos de letras que el suponía eran conversación; nunca le resultó nada. Se trataba de la primera vez que María le respondía  una carta, por cierto, nada alentadora.
Sí, ya la había visto un par de veces y ella, con esa gentileza natural, le saludaba rápidamente y se marchaba sin platicar. Ese día y los consecuentes a la lectura de la carta, no durmió muy bien. Soñaba a María con el vestido de flores azules y encaje verde, su cabello pelirrojo hasta la cintura y su tierna mirada, sabía que era la escena de la última vez que estuvieron juntos, cuando él la abrazo y le prometió que volvería en el siguiente mes; mintió porque sintió pena al verla llorar, sólo de esa manera ella lo dejo marchar. Despertaba agitado gritando su nombre y arrepentido por no cumplir la promesa. Pasaron los días y se armó de un sobrenatural valor para abrir su corazón a su gran amor.
Amada María.
Tal vez esta sea la carta más atípica que recibas de mi parte. Créeme, es cierto eres mi amada María, eres una de las personas más significativas para este hombre que se está convirtiendo en anciano. Cometí errores, mi dulce princesa, mas tú has sido uno de los más extraordinarios aciertos, junto con Jorge.
A veces uno gasta tantas fuerzas en comprobar “su razón”, que la vida se le pasa sin darse cuenta de lo maravilloso que es la simpleza de los momentos que ya no regresarán, como el compartir unas sabrosas galletas de avena, ¿todavía son tus preferidas?
No me has pedido consejos y yo no estoy para dártelos; sé de antemano que no cometerás los mismos tropiezos. Continúa disfrutando la vida, colmándote de dicha, expandiendo tu espíritu creativo y pintando al mundo con colores llenos de vitalidad y alegría. He visto tus obras, son realmente buenas. Te pido un último favor, sigue siendo tú misma, mi dulce María. Dale un beso y abrazo a los chicos de mi parte. Cuídense.
Te ama David
P.D. Quisiera tanto haber cumplido la promesa que te hice.
Sintió la humedad en sus ojos y notó que lloraba, respiró profundamente y se permitió sentir; al poco rato limpió las lágrimas del rostro. Dobló la hoja cuidadosamente, como si fuera el informe del descubrimiento más sobresaliente de su carrera, la metió en el sobre, le pegó una estampilla y él mismo la llevó a la oficina de correos.
Habían pasado tres días, cuando escuchó el peculiar sonido del cartero, salió para recibir su mensajería y para su asombro, en medio de las notificaciones de algunos pagos y la suscripción de la revista Examine Science, vio un pequeño sobre craquelado color crema con el remitente de María. Ni siquiera agradeció al buen cartero, cerró la puerta y con un ligero temblor en la mano derecha, abrió apresuradamente el sobre, de la nota que decía:
Hola
Aun me gustan las galletas de avena. ¿Qué te parece si te invito a tomar un café en el Riveras, el próximo martes a las seis de la tarde? Van a ir los niños y mi hermano Jorge.

P.D. También te amo, papá.
María

Las aventuras Orozco en el Imperial Dorado


Ésta es una historia corta, con un final que parece que apenas comienza. Sucedió el dos de febrero de mil novecientos ochenta y dos; no me crean del todo, esto no es extraído de fuentes oficiales. Yo era el pasajero numero veintiséis y vi como ocurrió el descarrilamiento del Imperial Dorado.
Todos querían subir al tren lo más aprisa que sus pies pudieran andar, Margarita volvió a pensar que esta era la primera vez que se subía al gran Imperial Dorado, con justa razón había recibido su nombre. Con diez enormes vagones espléndidamente acondicionados con recámaras, comedores, una fina cantina con salas de juego, tres vagones de carga y el furgón principal del chofer el Capitán Rafael Alarcón un hombre que si le ponían mas estrellas doradas a su casaca roja oscura, tendrían que quitarle los botones.
Cuando Margarita lo vio por vez primera, sonrió para sus adentros y pensó que así debería lucir el famoso papá Noel, que sus primos de Phoenix le habían relatado. Ese anciano generoso con barba blanca y rechoncho, que cada víspera de Navidad entregaba regalos. Ella ya había escuchado ese relato, incluso sus padres sin éxito alguno trataron de inculcarle el agrado por esa tradición, a la que ella no mostró ningún interés.
Aunque el tren tenía una enorme capacidad para albergar a ciento cincuenta pasajeros, únicamente viajaban veinticinco personas, entre ellas la familia de Margarita, compuesta por su madre Margaret Williams, una elegante señora con esa típica belleza anglosajona, criada en una vieja zona residencial de Phoenix. Su hermano menor Sebastián, un pillo de cuatro años y su amoroso padre Andrés Orozco, dueño de los  magnos cafetales de Nicaragua, con una creciente carrera política.
Margarita siempre se sintió de ninguna parte. Continuamente viajaban ella y su familia, por toda la esfera terrestre. Pasó los primeros tres años de su vida en la hacienda de su padre, recordaba poco lo que era estar en un hogar, lo único que no olvidó fue el deliciosamente seductor olor del café.
Cuando su padre se convirtió en embajador, ya no tuvo tiempo de echar raíces en alguna tierra fértil, tierra que pisaban, tierra que abandonaban al poco tiempo. Jamás estaban más de dos meses en un sitio, conocía tantos lugares y no recordaba claramente ninguno. Soñaba que posiblemente alguna vez podría vivir en algún sitio donde lograra germinar una amistad o una semilla de identidad.
Casi toda la familia sentía una ligera nostalgia por ser extranjeros. Su padre en secreto extrañaba tanto sus cafetales, era un hombre que amaba la libertad y a veces sentía que su trabajo la cuarteaba. Su madre parecía tensa, sus comentarios bien intencionados, no siempre entonaban en las fiestas diplomáticas de su marido. El único feliz de la vida que llevaban era Sebastián; quien se creía un gitano venturoso.
Los pasajeros eran igualmente políticos, a bordo hicieron los típicos juegos de cortesía, esas etiquetas falsas que tanto molestaban a Margarita. Cuatro familias más se encontraban. La Ministra de educación, Catalina Sáenz, su madre, padre y hermano. El legislador Pedro Mesa, esposa y su adolescente hijo. El diplomático Raúl Giménez, su esposa y cuatro hijos y el escritor Sergio Clemente, acompañado de su estrambótica novia, Sarita Coruña, una modelo despampanante amante de la rumba cubana y moda francesa, que no era bien vista por toda la politiquería y altas esferas sociales, por sus orígenes humildes y desinhibiciones al actuar.
Margarita, recorrió todo el lugar con la mirada y dio un soplido de aire; sin duda este sería un largo viaje. Los motores echaron a vapor y el monstruoso transporte comenzó a rodar.
Si algo molestaba a Sebastián eran las mujeres que pellizcaban cachetes como muestra de afecto. A sus cuatro años, aprendió a defenderse de aquellos ingratos personajes que iban regalando cariños salvajes que él no pidió recibir. Era un niño que se sabía extremadamente privilegiado por su posición como hermano menor y de la vida que llevaba, sin entender cómo su hermana, no podía participar en tal destino de suerte.
Margaret vigilaba muy de cerca al travieso Sebastián; tomó un sorbo de té, mientras se apretaba las sienes; con la punta de los dedos.
 ─ ¡Increíble! ahora me dará jaqueca─ pensó.
Era una mujer realmente hermosa y preparada, con una carrera prometedora en  ballet clásico que abandonó, cuando se casó con Andrés. Jamás se arrepintió de su familia, mas sí coqueteaba con la idea de establecerse en un hogar y enseñar ballet. Trataba, sin éxito, de persuadir a su hija para que siguiera sus pasos. Margaret vio por los ventanales como el tren dejaba de vista la ciudad y se  introducía al hermoso paisaje natural y no pudo evitar imaginarse bailando en las campiñas de Phoenix, como cuando era pequeña.
El marchar del tren se volvió una constante tranquila, eso es lo que cavilaba Andrés. Estudió Fisica en la facultad de ciencias exactas de Oxford, por petición de su padre, donde conoció a Margaret. Se casó con ella no sólo porque le pareció la mujer más bella que conocía, de igual manera se enamoró de su carisma e inteligencia. Regresó a los cafetales porque era lo que realmente le gustaba hacer. Trabar buenas conversaciones con los trabajadores, administrar la hacienda y estar con su familia.
Cuando incursionó en la política, lo hizo más como un obsequio a sus padres, quienes tenían una gran trayectoria en las andanzas de gobierno, y rápidamente emergió como embajador.
La palabra embajador se cruzó en su diálogo mental y Teresa, una de las tres mujeres que trabajaban en el comedor, le habló, para decirle que su esposa lo buscaba. Llegó sin hacer ruido, vio a Margaret y sus hijos instalándose en la habitación que estaba decorada con pulcras cortinas de algodón; sintió un poco de pena por ellos, quería brindarles una vida menos agitada. Le preocupaba demás Margarita, quien sin duda era la que menos gozaba esa vida. De una forma secreta admiraba a su hija, pues siempre mostró un carácter propio para decir las cosas con una risible honestidad.
Espere, no crea el lector que esta es la historia de una familia desdichada, nada de eso. Llanamente, al igual que muchos humanos, a veces creían que debían hacer cosas por compromiso, a excepción de Sebastián, que sí aprovechaba su cómoda situación. Tengamos paciencia y veámos en qué acaba esto. Los Orozco se amaban y desde un ángulo se podría ver el contraste entre lo que querían hacer y lo que realmente hacían. No contaban con que el Imperial Dorado, tenía algo de magia en sus ruedas.
El gran Dorado haría una larga travesía saliendo del Sur de México, hasta su destino, Nicaragua. Debemos recordar que era el tren más “moderno” de su tiempo, así que esto le llevaría tres largas semanas. La primera semana no pasó nada realmente emocionante, los pasajeros cumplían con las reglas de cortesía asignadas; era como ver a pequeños pingüinos interactuando, muy gracioso el asunto.
La segunda semana, las cosas comenzaron a ponerse interesantes. Margarita para ese entonces, ya detestaba con unas fuerzas chifladas a Joaquín, el hijo de Don Pedro, quien era un muchachillo nada feo, con ciertos aires de presunción que se había enamorado de Margarita y poseía el tino de mostrarle su atracción molestándola. Sebastián al fin encontró  quien le siguiera el ritmo, Jorge y José, los  hijos gemelos del diplomático Raúl.
Margaret  halló una amistad sincera con Sarita, pues su afinidad por el baile y la cualidad de no encajar, las convirtió en grandes amigas. Andrés se dio cuenta de que era un excelente jugador de naipes y sutilmente podía aplicar ese talento, para mencionar su reforma de comercio justo, que beneficiaría tanto a los pequeños agricultores como a los grandes comerciantes.
A mitad de la tercera semana, las cosas sí que estaban agarrando otra vez un paso aburridón, pero ese tren tenía entre sus propósitos no solamente hacerlos pasar un buen viaje. La madrugada del miércoles, cuando todos dormían plácidamente en sus lechos, un fuerte rugido  hizo temblar las vías de alguna comunidad boscosa de Sudamérica y el tren despertó a todos; decidió que era hora de que él durmiera, muy gustoso, se tiró de lado y se echó a dormir.
El dormilón ferrocarril imaginaba al creativo Sergio escribir:
Un tren yace descarrilado a un lado de los rieles. Acostado sobre la hierba en medio de un silencio absoluto en el campo. Ningún pasajero ha reaccionado aún, nada se mueve, sólo un conejo mordisquea unos renuevos de alfalfa, a unos centímetros del furgón de lujo.
Se descarriló con tanta gracia que no lastimó ni al ciempiés que estaba debajo de las vías, sus intenciones eran buenas; aunque se pensara lo contrario. Todos los pasajeros despertaron por la abrumadora impropiedad del Imperial Dorado. Comenzaron los gritos de los niños, seguidos de las mujeres y uno que otro hombre. Margarita era la única que permanecía, hasta cierto punto, en un estado de calma, una calma extraña dadas las circunstancias.
Su padre se precipitó a reunir a toda la familia y a sacarlos fuera del tren. Todas las familias se apiñaron en medio de la abrazadora y fría madrugada del campo. Al amanecer hicieron recuento de los daños y afortunadamente, sólo se rompió una que otra taza de porcelana, de la lujosa y bien equipada cocina.
Un temor recorrió las mentes del capitán Rafael y su ayudante Fernando Santos, en medio de la nada y con los pocos abastecimientos alimenticios que estaban por agotarse, no durarían ni una semana. Cuál fue su sorpresa que al abrir la bodega, había alimentos para mantener un ejército completo, por varios meses. El pícaro ferrocarril, tenía unos cuantos trucos bajo sus motores, y no todos iban hacer encantadores.
En medio de la espesa vegetación, no les quedaba más que esperar; sin duda esta iba a ser una larga estancia.
Continuara…