jueves, 11 de abril de 2013

Uno, dos, tres por mis amigos



Mi amigo se llama Friso, es pequeño y azul como el cielo, un poco gordito con una gran sonrisa, de labios delgados; es un gran líder que ha logrado conducir un centro de desarrollo de su mundo, con lo que logra que sea mejor. Uno, dos, tres por Friso que está en una nube que parece de algodón, tan suave que se puede dormir en ella, jugar, brincar y que viaja a diferentes lugares a través del cielo, impulsada por el aire; a veces se pone más gris dependiendo los lugares y personas con las que se encuentre, y otras, muy blanca como la espuma del mar, irradiando amor y vida.

Mi amiga se llama Anilunita, es una pequeña hada compuesta de dos partes que pareciera se contraponen, pero en realidad la conforman perfectamente ya que una es delicada y tierna como una gota de rocío en primavera, otra fuerte y dinámica que la hace soportar cualquier tempestad. Uno, dos, tres por Anilunita que habita dentro de una orquídea matizada de lila y rosa, en el centro de un ramillete que cuelga de la rama más fuerte de un árbol, situado a la orilla de un gran río que desprende una brisa suave sobre su cauce.

Mi amiga se llama Sombraluz y como su nombre, se aparece justo cuando el sol se empieza a poner, o con el primer rayo al amanecer; no he podido ver su rostro, es juguetona, tierna, a veces se enoja, puede ser agresiva como un león herido o muy dócil. Puede estar libre por un momento o sentirse atada en el remolino de los pensamientos y sentimientos u ocultarse para no dejarse ver. Uno, dos, tres por Sombraluz que se encuentra oculta en mi sueño, entre los matices que se desprenden de mundos paralelos, almacenados en el inconsciente personal y colectivo, entre las cavernas y los bosques, entre el mar y la lluvia, entre la oscuridad y la luz, de ese sueño revelador.
Leticia Montiel Ugarte
Biblioteca “Hilario Galicia Rodríguez”
Ciudad Serdán, Pue.

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