miércoles, 25 de abril de 2012

Carta reclamo 20


Carta a un Chofer de microbús que diario dan un mal servicio
(con algunas excepciones)
Me gustaría empezar preguntándole:
¿Por qué eligió un empleo de servidor publico si probablemente no es paciente ni con usted mismo?
Bueno, como todos los días, hay que cumplir con lo que en ocasiones se puede volver monótono y eso es la rutina del día a día. A qué me refiero: levantarse, vestirte, tender tu cama (no me incluyo), desayunar, saludar a tus padres o familia con que convives. En fin, darle una buena cara al día que ha iniciado y prepararte para salir a la escuela o al trabajo y pensar ¿porqué no? hoy será un buen día y que te la pasarás bien (aunque en ocasiones desde que nos levantamos pinta mal el día, pero son menos).
Hasta este momento todo fluye como debiera en paz, sereno, relajado, etc.; desafortunadamente por la mala economía y por los gobernantes incompetentes e inhumanos que hemos tenido en toda nuestra historia reciente hablando esto después de nuestra independencia de la invasión española, la mayoría de los mexicanos desafortunadamente tenemos un sustento económico excesivamente inestable, no contamos con los recursos necesarios como para hacernos propietarios de un vehículo particular con el cual podamos trasladarnos de un lugar a otro sin tener que hacer uso obligatorio del tan malhecho servicio público, gracias a que es más económico y accesible a la mayoría de la gente y no implica un gran impacto a nuestras bolsas.
Hasta aquí la solución parecería haber sido sacada de un cuento de hadas o haber sido inventada por algún sabio de nuestros tiempos; desafortunadamente toda acción tiene una reacción así como todo efecto tiene una causa, y en México esto pareciera inevitable, esto se ve reflejado en el pésimo servicio que las empresas les entregan a sus clientes que creo no se dan cuenta que si no fuera por nosotros desaparecerían pero desafortunadamente también nosotros no nos moveriamos sin ellos, en fin.
Después de tirarle un poco de carrilla también a nuestros políticos que bien merecida se la tienen, pasemos a nuestro punto: el chofer del autobús, microbús, pecera, combi, etc., etc., etc., que en su mayoría parecieran haber sido sacados del reclusorio de la vuelta de la esquina, algunos más de un museo de historia, otros, del manicomio. ¡Vaya una minuciosa y detallada selección de personas! y muchas de ellas también respetables personas sin duda alguna pero de ellos no hablaremos ya que son uno entre cien.
Te encaminas a la parada respectiva y en el trayecto casi siempre sueles ver que se pasan dos o tres unidades de la ruta a tomar y cuando llegas a la parada, ni un perro cruza la calle. ¡Ah, pero eso sí!, cuando a lo lejos ves que vienen 4 o 5 microbuses checas tu reloj y dices estoy a tiempo pero por irse correteando entre ellos se te pasan sin siquiera voltear a verte y así sin más te quedas otra vez un buen rato esperando a que llegue la próxima y rezar por que venga sola para que no te vuelva a pasar la misma historia, hasta aquí todavía lo tomas con filosofía, pero ya empieza a causar efecto el chofer en tu día y algo peor en tu vida.
Una vez que llega le haces la parada en el lugar indicado por las señales de transito, y se paran a donde su regalada gana se les da casi siempre a diez metros de ti y tienes que caminar hasta donde el señor quiera y mande. Apenas colocas un pie en el escalón de subida y lo primero que percibes es un entorno de: ¡PELIGRO!, ¡PRECAUCION!, BAJO SU PROPIA RESPONSABILIDAD, y un aroma a chica fresita que hasta la inquisición la pudo haber aplicado en torturas en sus tiempos,(es otro aspecto que te baja dos rayitas de buena vibra); lo consiguiente por naturaleza humana es subir el otro pie, pero cuando éste apenas se empieza a despegar del suelo, escuchas una voz chillona que te dice: ¡Súbase rápido que me quita el tiempo o hágase a un lado y deje subir a la demás gente! Y hasta eso lo describí hasta cierto punto coherente y en tono respetable.
Abordas la unidad y el siguiente pero es: ¡Ay, joven!, ¿qué no pudo haber traído cambio? Claro señor Chofer, si quiere también un cafecito. Dicen esto cuando les pagas con una moneda de 10 pesos o por mucho con un billete de 20 pesos y se tienen que cobrar 6 pesos y llevan como 500 pesos en cambio en sus monederos que todo mundo ve; estamos hablando que te tienen que dar 4 o 14 pesos de cambio. Por favor, si no te pagué con un billete de 1000 pesos. Aquí ya haces el primer coraje y enojado te pasas a buscar asiento (si es que por un milagro encuentras uno vacío) si no pues parado no queda de otra.
Lo siguiente: Pásele para atrás, cuando toda la gente ya está recorrida hasta atrás y ellos mismos ven imposible que entre otra persona, pero la quieren hacer de magos y subir 100 personas en un microbús que tiene capacidad para 30 personas. ¡Por favor!, ¡aaaah, pero si no les haces caso se ofenden y levantan el tono de voz como para intimidar! y siempre se van sobre el débil, la niña nice, la abuela que va parada porque ningún “caballero” le cede su lugar, o el niño nerd que quiere a su mamá al lado, y logra su cometido y sube a todas las personas, aunque 5 o 6 seis prácticamente vayan volando fuera de las puertas y los de arriba se vayan cargando uno al otro. Aquí ya el buen humor ya decayó ya te encuentras en un estado intermedio: ni enojado pero tampoco feliz como amaneciste.
Inevitablemente creo que esto es requisito poner el volumen de sus “rolas” a todo lo que dan sus pobres bocinas que son más pequeñas que una pelota de beisbol pero las quieren hacer sonar como si llevaran la campana de la catedral en su unidad, esto lleva a la consecuencia de que no escuchan el timbre de parada y no te bajan hasta que lo tocas 10 veces seguidas y esto como les irrita, se voltean y te gritan que ya te habían oído o sea: el impertinente eres tú, más no él, y has de hacerla de malabarista y bríncale mi chavo porque no me pienso parar porque enfrente llevo a la competencia y me va a quitar el pasaje, (poniendo en riesgo tu integridad física)… y síganse recorriendo para atrás porque ya bajó un chavo y todavía puedo subir tres más en su lugar, increíble ¿no?.
Y esto se repite si desafortunadamente tienes que transbordar dos, tres o cuatro unidades más para llegar a tu destino.
Pero de regreso a tu casa es todo lo contrario: avanzan lentísimos, se ponen a platicar con el que en la mañana se iba correteando, se detienen en las paradas las horas que quieran aún cuando ninguna persona les haya echo la parada y peor aún ninguna persona suba pero ahí están esperando al pobre que tal vez viene en camino a la parada y que tal vez lleve prisa de llegar a algún lado, ja.
Espero que algún día en nuestro México Lindo y Querido podamos decir:
Muy amable señor Chofer fue un placer, que tenga buen día y felicidades por su servicio de categoría.
Erase un vez…………………………… jajajajajajajajaja.
FIN.

Edgar Loranca Xique
Biblioteca Sor Juana Ines De La Cruz
Acajete, Puebla

1 comentario:

  1. Es una cruel realidad la situaciòn que vivimos y pienso que entre las cosas que podemos hacer es no callarnos y exigir nuestros derechos,ademàs que el camino a seguir es la educacion de las nuevas generaciones para que la situaciòn en nuestro querido paìs cambie,pues por eso somos tan criticados en el extranjero y por si fuera poco nos enojamos,aunque tambien es cierto que muchas veces pagan justos por pecadores.

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