La Rana que quería ser una Rana
Auténtica
Autor: Augusto Monterroso
HABÍA
UNA VEZ una rana que quería ser
una Rana auténtica, y todos los días se esforzaba en ello.
Al principio se compró un espejo en el que se miraba
largamente buscando su ansiada autenticidad.
Unas veces parecía encontrarla y otras no, según el
humor de ese día o de la hora, hasta que se cansó de esto y guardó el espejo en
un baúl.
Por
fin pensó que la única forma de conocer su propio valor estaba en la opinión de
la gente, y comenzó a peinarse y a vestirse y a desvestirse (cuando no le
quedaba de otro recurso) para saber si los demás la aprobaban y reconocían que
era una Rana auténtica.
Un día observó que lo que más admiraban de ella era
su cuerpo, especialmente sus piernas, de manera que se dedicó a hacer
sentadillas y a saltar para tener unas ancas cada vez mejores, y sentía que
todos la aplaudían.
Hasta que un día
ella se encontró con una amiga de hace mucho tiempo y platicaron largamente, y
le hizo saber que la autenticidad estaba en su esencia y en su interior y nunca
dar gusto a los demás que la veían como un rico y delicioso manjar.
La rana aprendió
a valorarse, a quererse y aceptarse y
descubrió que en verdad era una Rana Auténtica al poco tiempo la rana
decidió apoyar a las demás ranas de su comunidad dio conferencias, hizo obras
de teatro con las ranitas e incluso hizo un grupo infantil de ranas cantarinas
y algo muy bonito: les contaba cuentos.
Después visitó
muchos lugares, al pasar el tiempo se animó mucho y escribió un libro de todas
las experiencias que había tenido a lo largo de su vida.
Regresó a su
comunidad donde todos donde la recibieron con mucho cariño y
la admiraron por su gran valor y amor a la vida.
Elaboro: Edith Barranco
Coria
Biblioteca nº 553 “Sor Juana
Inés de la Cruz”
No hay comentarios:
Publicar un comentario