De: Teresa Juárez Soria
Estimado señor,
me dirijo a ustedes con todo el respeto que se merece e informándole que admiro
mucho su trabajo.
Pero creo que esta tarde en la que se presentaron en casa no fue muy
amable, sino muy descortés, ya que al tomar lectura al medidor estropearon mi
rosa color rojo quemado que le daba vida a esta casa, por lo tanto quiero
informarles que me indignó su visita, sé que para ustedes no significa nada
pero quiero contarles porqué quiero tanto a esa rosa:
En una tarde lluviosa me encontraba muy triste y sola y miraba las gotas
de la lluvia caer sobre mi ventana; mientras miraba como empañaba el vidrio con
mi respiración, dejé de escuchar el sonido de la lluvia y pensaba imaginando cómo
la lluvia daba vida a tantos seres vivos. Observé que las flores, hojas, frutos
de plantas y árboles, se regocijaban con la lluvia que caía
en su piel desnuda. Y con eso se escuchaba un canto melodioso con el sonido del
aire, lluvia y el movimiento de las plantas que el aire les provocaba, y eso
hizo que mi tristeza quedara atrás. Cuando reaccioné vi tirada junto a mi
ventana una vara con pequeñas espinas y pétalos color rojo llenos de lodo y maltratados con cara
triste con su raíz de fuera y aunque sin sonido, algo me decía que pedía
auxilio. Sin pensarlo dos veces y por inercia, después de haber visto todo lo
maravilloso de la naturaleza, corrí entre la llovizna la levanté y decidí
sembrarla junto a mi puerta. Creo que con la lluvia de esa tarde, al día
siguiente al salir de mi casa, miré que estaba hermosa que había vuelto a la
vida y que tenía otra expresión y era de recuperación. Desde entonces cada vez
que miro mi rosa me dice que cada momento es una oportunidad de vida.
¿Ahora me entiende? Por qué me molestó tanto su estropeo, ahora que me
encuentro escribiendo esta carta también me permito a decirle que aparte del
maltrato a mi rosa, dejaron mal el medidor no sé qué deba hacer al respecto,
pero desearía tanto que su persona tenga la amabilidad de regresar y dar la
cara para solucionar el problema que ocasionó. Quiero pensar que es una persona
consiente y responsable de sus actos, creo que podemos hacer un trabajo limpio
y sin perjudicar a terceros, sólo quiero que tenga la sensibilidad para valorar
su trabajo y saber que las personas valoran otras cosas, las cuales queremos y
cuidamos con mucho amor y no nos gustaría que otros lo perjudicaran. Quien ama
su trabajo y lo hace con gusto, ama la vida.
Esperando su visita después
de haber comprendido esta carta me despido.
Atentamente:
Doña Teresita JuárezBiblioteca Higinio Aguirre
Gómez nº 3210
Saltillo la fragua
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