Frente a la casa de mi hermana está el jardín de mamá donde
hay diferentes tipos de árboles: un pirul (que ya tiene mucho tiempo), varios
álamos (por que colindamos con la barranca y nacen solitos), hay árboles
pequeños: nuez, aguacate, níspero, capulín, limón, naranja y un pino que puse
la navidad pasada. Todos están preciosos, los cuidamos mucho por que dan ricos
frutos en diferentes temporadas. También hay nopales. Cuando es temporada nos
los comemos en diferentes comidas y saben riquísimos.
Hay unas rosas: rojas y rosas; lo que más me gusta es que
después de la lluvia huelen riquísimo, hay ganzanias de diferentes colores.
Estas flores me encantan por que cuando el sol se oculta ellas se cierran. Hay
margaritas blancas y moradas, una noche buena, un lirio blanco, claveles rosas,
unas fuchsia rojo y rosa, una trompeta del juicio (este es un hermoso arbusto
con unas flores que parecen campanas en color melón), hay geranios de varios
colores y flores de diferentes colores que aún no se cómo se llaman. Cada una
tiene aromas muy particulares. Este jardín es especial por que está lleno de
atractivos colores de cada una de estas flores.
Aun hay muchos árboles a mi alrededor todos ellos verdes y
frondosos.
La tierra es húmeda por las ligeras lluvias que han caído,
el cielo es azul con muchas nubes. Al lado esta la calle, el volcán Malintzi
con sus bonitos rayos de sol, la parte superior de la iglesia y el reloj marca
la hora y escucho las campanas.
Poco rato después, la puesta de sol que no se ve muy bien
por las nubes que están porque ya va a llover. Es un atardecer como muchos pero
éste es especial por que lo observo detenidamente, el aire corre ligeramente y
puedo sentir un rayo de sol sobre mí.
Elaboro: Edith Barranco Coria
Biblioteca: Sor Juana Inés de la Cruz
Acajete, Puebla.
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