jueves, 14 de junio de 2012

Un mundo sin gente 6: Una tarde en el jardín de mamá


Frente a la casa de mi hermana está el jardín de mamá donde hay diferentes tipos de árboles: un pirul (que ya tiene mucho tiempo), varios álamos (por que colindamos con la barranca y nacen solitos), hay árboles pequeños: nuez, aguacate, níspero, capulín, limón, naranja y un pino que puse la navidad pasada. Todos están preciosos, los cuidamos mucho por que dan ricos frutos en diferentes temporadas. También hay nopales. Cuando es temporada nos los comemos en diferentes comidas y saben riquísimos.

Hay unas rosas: rojas y rosas; lo que más me gusta es que después de la lluvia huelen riquísimo, hay ganzanias de diferentes colores. Estas flores me encantan por que cuando el sol se oculta ellas se cierran. Hay margaritas blancas y moradas, una noche buena, un lirio blanco, claveles rosas, unas fuchsia rojo y rosa, una trompeta del juicio (este es un hermoso arbusto con unas flores que parecen campanas en color melón), hay geranios de varios colores y flores de diferentes colores que aún no se cómo se llaman. Cada una tiene aromas muy particulares. Este jardín es especial por que está lleno de atractivos colores de cada una de estas flores.

Aun hay muchos árboles a mi alrededor todos ellos verdes y frondosos.

La tierra es húmeda por las ligeras lluvias que han caído, el cielo es azul con muchas nubes. Al lado esta la calle, el volcán Malintzi con sus bonitos rayos de sol, la parte superior de la iglesia y el reloj marca la hora y escucho las campanas.

Poco rato después, la puesta de sol que no se ve muy bien por las nubes que están porque ya va a llover. Es un atardecer como muchos pero éste es especial por que lo observo detenidamente, el aire corre ligeramente y puedo sentir un rayo de sol sobre mí.

Elaboro: Edith Barranco Coria
Biblioteca: Sor Juana Inés de la Cruz
Acajete, Puebla.

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