viernes, 22 de junio de 2012

Lo que mi pensamiento me dicta 4


Lo que el pensamiento me dicta.

Este es buen momento para hacer un breve espacio en mi existencia, aprovecho el ambiente de tranquilidad, el día nublado, húmedo y la calma de mi entorno para hacer una reflexión de mi pasado, presente y futuro.

                El pasado es una página escrita en el libro de mi vida, no acepta cambios, borrones ni enmendaduras, sin embargo me da la pauta para analizar todas esas vivencias y experiencia adquirida a través de mis 51 años de existencia.

                Una niñez acompañada de un gran numero de actividades formativas apoyadas por mis padres, me permitieron desarrollar habilidades en la música, el deporte, el tejido. En esta etapa de la vida, absorbí, a la vez, todo el conocimiento y enseñanzas que con palabras y acciones me fueron inculcando, sin detenerme a cuestionar el porqué habría que hacerlo, dando un ejemplo claro de confianza, respeto y actitud sumisa al camino marcado por mis seres queridos sabiendo siempre que pensaban en mi bienestar.

                 La adolescencia, el despertar al mundo y ser testigo de injusticias sociales me marcó la pauta para aportar un granito de arena en la lucha por un mundo mejor y en beneficio de los que menos tienen. Eso sí, sin descuidar las metas y objetivos personales.
                 En la vida seguí dos directrices perfectamente definidas, la primera familiar., donde mi pensamiento y conciencia me dictaron el apego a los valores y principios básicos de respeto, amor y solidaridad hacía mis semejantes labrando así mi propia personalidad.

                  La segunda, laboral, en la que recordando siempre que todos podemos aprender de nuestros semejantes mostré siempre honestidad, disposición y rectitud.

                   Trabajé muy fuerte y obtuve grandes satisfacciones personales, con desvelos y gran esfuerzo pude cumplir mis deseos lejanos de ayudar a mis padres, proporcionarles algunos recursos y darles mejor calidad de vida, no sin olvidar estar con ellos en los momentos mas difíciles.

                    El pasado quedó atrás, pero ha dejado en mi mente y acciones, el concepto bien claro acerca de los valores del ser humano.

                  El presente, me queda bien claro, debo vivirlo plenamente sin odios, sin rencores  como si fuera el último momento de mi existencia y sobre todo agradeciendo a dios en cada momento los dones tan preciados de la vida, la salud y el trabajo.

                   Tengo siempre en mi mente y corazón las enseñanzas de mi padre, que a pesar de haber partido vive cada día en mi mente para guiar mis pasos.

                    Pido al cielo que detenga el tiempo para disfrutar a ese tesoro de mujer que me dio la vida y que día a día se preocupa por mi a pesar de el peso de sus casi 93 años.

                    Intento disfrutar plenamente a mis hijos y esposa, tratando con empatía a mis semejantes e intento de todo corazón reconciliarme con mis amigos. Se que no he sido un hombre perfecto, he tenido también muchos desaciertos, sin embargo en mi diario peregrinar lucho por superarme, corregir las malas acciones e intento dignificar ese ejemplo de trabajo y honradez de mis progenitores y estoy bien consiente  de que el tiempo avanza y ahora soy yo el que debe continuar transmitiendo a mis hijos toda esa serie de valores que han forjado mi vida.

                  El futuro, aunque se perfectamente que es incierto, lo tengo planeado con mis sueños diarios apoyados en el trabajo constante para conseguir mis objetivos, teniendo presente siempre que debemos luchar hasta el ultimo momento de nuestra existencia y que no debo decaer en ese animo que aunque en algunas ocasiones pierdo una batalla, no he perdido la guerra y la vida no se termina hasta que damos el ultimo suspiro, mientras eso no sucede debo aprovechar cada instante para ayudar a mis semejantes, ver a dios en cada persona que me pida ayuda, luchar por el bienestar de los míos y sobre todo pedir al cielo que ayude a las personas que aun no han encontrado su misión en esta vida y mal emplean el tiempo en odios rencores y guerras. 
                

J. Trinidad Pedro Bernabé Juárez Alcázar
Biblioteca “Sor Juana Inés de la Cruz”
Acajete, Pué.                     

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