jueves, 7 de junio de 2012

La aventura del libro 6: El Señor Libro



En una lejana isla del país del conocimiento, donde sólo el deseo de superación, la constancia y la tenacidad tienen cabida, habita el señor libro.

            Su imponente figura muestra esa piel cuyos cortes son hábilmente alineados, sus planos y cubiertas lucen apariencias que van desde tonos claros hasta oscuros.

            Es un personaje reconocido mundialmente por sus templados nervios que aunque no son de acero soportan cualquier fuerza que intente dañarlo.

            Una mañana de verano el señor Libro recibió gustoso una invitación: se trataba de acudir a una fiesta de gala en la gran Biblioteca Central. En ese momento visualizó la posibilidad de conocer a diversos tipos de personajes como ministros, reyes, presidentes hasta los más sencillos lectores, hablar varios idiomas, poder trasmitirles su mensaje y viajar por todo el mundo llevando su saber.

            Para acudir a tan distinguida invitación decidió hacer una exhaustiva revisión de sus guardas, verificó que sus hojas de cortesía se encontraran impecables, así también comprobó que su anteportada y contraportada tuvieran una presentación única.

            El ansiado día llego, don libro que, (aquí entre nos), mostraba un normal nerviosismo, fue llevado al gran evento donde se encontraba una multitud ansiosa de conocerle. Y así, en un sólo abrir y cerrar de hojas, se encontraba frente a todos siendo la figura principal del acontecimiento, luciendo su increíble portada con bellísimas letras doradas.

            Era motivante ver como tan selecto público consultaba su página de derechos y con gran entusiasmo leía esa bella y conmovedora dedicatoria.

            De su prólogo, ni hablar, cuidadosamente preparado para este singular encuentro.
            Hubo un momento de angustia, pues don Libro recordó que a tan distinguida reunión no llevaba preliminares, sin embargo el público comprensivo lo animó comentando: — ¡Eso está en desuso, no te preocupes amigo!

            Y así, ya con el ambiente propicio, los asistentes revisaron el índice, se involucraron en cada una de las hojas, recorrieron una y otra vez los textos para llevarse en este recorrido mágico un pedacito del país del conocimiento.

            Las horas fueron transcurriendo, las hojas avanzando de tal forma que después de este agradable festín la memorable reunión llegaba a su fin.

            Al terminar tan esperado evento, todos preguntaron por el colofón, gustoso don Libro mostró su origen, fecha de nacimiento, padres e inclusive numero de hermanos.

            Una vez concluida la visita don Libro regresó a su país lejano.

            A partir de hoy ansioso espera la próxima reunión con los humanos ya que para él es una gran ilusión compartir las horas con tan singulares personajes.



J.Trinidad Pedro Bernabé Juárez Alcázar.
Biblioteca “Sor Juana Inés de la Cruz”
Acajete, Pué.  

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