María
Minerva López Vázquez
En
un 20 de agosto de 1979, en un pueblito, tranquilo, cálido y pequeño, como lo
era Chalchicomula de Sesma a las 8:00 pm. de un viernes hermoso nací, ocupando
el cuarto lugar en el hogar de mis padres, Francisco López y Ma. de los
Ángeles Vázquez.
Un hogar tradicional, tranquilo y unido.
La casa donde vivía era como una vecindad, en ella vivían los tíos de mi
papá (mi bisabuelo les había repartido el terreno como herencia), para mí era
bonito ya que todos los primos, (que éramos muchos), jugábamos, claro que a
veces también peleábamos. Recuerdo que cuando era año nuevo era muy bonito ya
que venían mis tíos que vivían en México y todos nos reuníamos a cada familia
le tocaba algo. A mi tía Nico le tocaban los tamales y hacía unas tinas muy
grandes todavía en ese entonces se batía la masa a mano y a los niños sobre
todo a mí me gustaba pasar junto a la tina y comerme la masa. Mi tía me
regañaba, decía que me iba a empachar. A mi mamá le tocaba su tradicional
pozole, un pozole que hasta la fecha no he vuelto a probar. Y así todos mis
demás tíos ponían algo. Luego, mientras las personas grandes preparaban todo,
platicaban y bailaban. Los niños nos íbamos a las acostadas en la cuadra. Era
muy bonito muchos dulces, ponche, tamales, buñuelos… ¡Mmmmm!, ¡Qué rico todo!
Qué tiempos aquellos.
Siempre me sentí la consentida de toda la casa, en especial de mi tío
crece (bueno se llamaba Crescenciano y le decía así de cariño). Para mí fue como un segundo padre siempre me
consentía y me decía: “Mi rubiales” o “Rizos de oro” porque tenía mi pelo largo
y güerito con chinos (cosa que se ha ido acabando con tantos tintes). Asistí a
la primaria en la escuela “Carlos B. Zetina”, que se encontraba a dos cuadras
de mi casa. La verdad no me gustaba mucho la escuela pero le echaba ganas, ya
que mi papá era muy estricto. En las tardes siempre salíamos a jugar todos los
niños de la cuadra, era muy bonito ya que había mucho espacio, casi no había
casas construidas. Jugábamos a las escondidillas,
el bote botado, los oyitos, a la comodita, a la escuelita, y un gran columpio
eran nuestros juegos preferidos. El correr a tus anchas y poder andar
tranquilamente por donde sea sin ningún peligro, es lo que mas extraño ya que
mis hijos no pueden hacerlo. Al salir de la primaria, descansé un año y luego
entré a la Secundaria Técnica Número Siete; para mí fue una etapa muy difícil y
creo que para mi familia también, ya que mis padres se divorciaron cuando iba
en segundo año. Gracias a Dios en ese entonces, conocí a quien ahora es mi
esposo: Rubén, la verdad creo que sin él, no hubiera podido salir adelante, ya
que un divorcio es ¡tan doloroso! No entender cómo unos años antes se era tan
feliz y de pronto todo cambió. Pero con su amor y comprensión fue mucho más
fácil.
Tengo tres hijos, dos niños y una niña que son mi adoración. Siempre
fueron y han sido tranquilos, sanos y hermosos. En realidad para mí no fue nada
difícil criarlos ya que nunca fueron enfermizos, ni chillones. Son un encanto.
Trece años me dediqué a ellos en cuerpo y alma, me siento muy satisfecha
ya que siento que los disfruté al máximo, nos íbamos a pedir posada, a pedir
calavera, nos íbamos al cerro a pasear, a conocer muchas partes de nuestro
pueblo que no conocíamos, jugábamos (bueno hasta la fecha lo hacemos) en
realidad disfrutábamos todo.
Hace cuatro años aproximadamente, se me presentó
la oportunidad de entrar a trabajar, en realidad no fue nada planeado. Son de
esas cosas que la vida te da cuando menos te lo esperas, fue difícil no haber
trabajado nunca, ni haber tenido que tratar con personas que te ponen trabas
para no obtener lo que deseas. En realidad enfrentarme a este tipo de personas
me hizo querer lograrlo pues en lugar de detenerme me hicieron tener mas
fuerza. Claro, siempre te vas a encontrar gente como ésa, pero afortunadamente
he encontrado en mi camino más gente buena que mala.
Mi trabajo gracias a Dios me ha permitido, no sólo aprender de las personas
y conocerlas si no que superarme profesionalmente ya que estudié hace dos años
el bachiller a través de CENEVAL, pero para esto teníamos que ir a unas
asesorías que duraron ocho meses y no sirvieron de mucho para el examen, pero
pues sí. Aprendes algo. El día de mi examen la verdad hasta migraña me agarró. Por
poquito me daba por vencida, pero al ver que mis compañeros estaban igual que
yo o peor, y sobre todo, al acordarme de mi familia y de todos los sacrificios
que habíamos pasado (y digo que habíamos pasado pues los fines de semana casi
no los veía por ir a las
asesorías), me dio fuerzas y lo logré, no con la mejor calificación pero
sí con la segunda mejor.
A los pocos meses estudié: Ejecutiva en Sistemas Computacionales y
también me gradué. Ya le había agarrado el modo para quitarles tiempo a mi
familia ahora los integraba conmigo para que me ayudaran hacer mis tareas. Eso
fue muy bueno además de que hay conocí a mis compañeras que ahora son unas
súper amigas y en realidad eso es lo que más me gusta: conocer gente y tratarla.
Por eso amo mi trabajo.
Actualmente sigo en el mismo trabajo (Directora de biblioteca), en el
mismo lugar (claro no lo cambiaria por ningún otro a mi ciudad Serdán querido a
por que ahora así es conocido), y con la misma gente (con mis hijos, mi esposo,
¡ah!, y con nuevos integrantes: mi
nuera y un hermoso nieto). Como
diría mi artista favorito Juan Gabriel.
Doy gracias a Dios por todo, porque siempre me ha dado, no lo que he
querido, si no lo que Él cree es bueno para mí. Y me lo ha dado en el momento
exacto.
Ha se me olvidaba decirles que ahora soy de estatura mediana, media
gordita (bueno llenita de amor), piel apiñonada y de un carácter que, (puedo
decirles), me gustaría que me conocieran y quienes me conozcan puedan decir
como soy, por que yo la verdad me creo súper buena onda pero cada quién tiene
una perspectiva diferente de mí.
María
Minerva López Vázquez
Biblioteca:
Mine,que bonito es que podamos escribir nuestra biografia asi podemos abrir nuestro corazon tal como lo estas haciendo tu, gracias por compartir esas anecdotas familiares que son un tesoro que nos llevamos hasta la muerte y mas allà.
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