¡Estaba tan hermoso el campo! Era verano.
Al cumplir sus 6 años Esmeralda, una pequeña
niña de origen humilde su único regalo que le pudieron dar sus padres fue un
pato pequeñito tan pero tan bonito que la niña daba saltos de alegría. El pato
esperaba algo mucho mejor como dueña como de casa y de tanto enojo empezó a
picar a la niña. Sus padres lo dejaron afuera de la casa y el patito orgulloso
se sintió muy enojado y lo único que hizo en toda la noche fue gritar y gritar.
Su anterior vida en la granja fue mejor
porque despreciaba a todos los animales aunque fueran más grandes y fuertes que
el. A la mañana siguiente el patito ya tenía unas pocas migajas pero llego otra
pata tan pero tan fea, sucia y maltratada que lo espanto sin embargo le dijo:
-Espera solo te quiero preguntar algo ¿Me
compartirías solo un poco de tu comida? No he comido en días y me siento muy
mal-
El patito egoísta contesto:
-No porque es mi comida y yo nunca comparto
mis cosas y mucho menos su alimento-
Esta patita fea no era común, más bien era la
reina de los animales y naturaleza diciéndole muy enojada:
-Tendrás que cambiar tu actitud, tienes solo
3 oportunidades por si te portas mal y 3 días para hacer feliz a Esmeralda o
tendría que sufrir muy graves consecuencias-
Este sin hacerle caso pensó que la patita
armo todo ese drama para que le compartiera de su comida y desapareció
instantáneamente, el clima se torno a nublado y empezó a llover, nadie se
acordó de el patito y se tuvo que mojar durante todo el día.
En la noche la niña metió a su patito ya que
sus padres se fueron a trabajar, ella le empezó a contar lo importante que fue
la llegada a su vida y sobre que le gustaba hacer, jugaron un poco pero de
tanto cansancio la niña se quedo dormida en el sillón abrazando a su patito que
estaba furioso. Al amanecer Esmeralda busco a sus padres pero no estaban,
sintiéndose un poco triste y empezó a llorar y el patito sintiéndose conmovido
trato de jugar con ella pero no le hacía caso, para colmo solo había un bolillo
de comida y la niña se lo comió todo. Al siguiente día el patito y la niña ya
desilusionados por el abandono de sus padres salió a buscar un poco de comida pero
todos al verla tan pobre nadie la ayudaba. El patito lo único que pudo hacer es
buscar a aquella pata fea para que ayudara a la niña pero no la encontró y la
niña cada momento se veía más triste, llorando muy desesperadamente y sin ganas
de nada. El patito sintió mucha tristeza y le mostro todo su apoyo a su dueña
sin embargo no era suficiente ya que el patito no sabía cómo demostrar su
afecto. Era el tercer día, no gasto ninguna oportunidad pero los días se agotaron, vendría la reina.
A la misma hora que lo visito la otra vez el patito salió de la casa por
curiosidad, la niña se sorprendió y siguió al patito, de pronto se apareció la
reina en forma humana diciéndole a Esmeralda:
–Pequeña yo cuidare de ti queriéndote por
siempre y te llevare a vivir a mi hermoso mundo de fantasía-
La niña corrió a sus brazos dándole un fuerte
abrazo, llorado de alegría y le lanzo un hechizo para convertirla en una
hermosa princesita.
Por otro lado al patito le dijo:
-Veo que la tragedia de tu dueña ha conmovido
un poco tu corazón de piedra, pero tendrás que pagar por su anterior forma de
ser así que te convertiré en un
patito feo-
El patito aceptando su transformación el
hechizo cambio su alma y forma de ver la vida y a los demás. A partir de ahí el
día cambio de nublado a caluroso y con un hermoso arcoíris. Tiempo después el
patito encontró a toda su familia y fue muy feliz aprendiendo a vivir con un
diferente aspecto y personalidad.
FIN.
Nombre: Michelle López Ochoa.
Biblioteca: ‘‘Revolución Mexicana’’ No. 912
Localidad: Santa María Coronango, Puebla.
No hay comentarios:
Publicar un comentario