lunes, 7 de mayo de 2012

Escribe tu final 9: El Patito Feo.



¡Estaba tan hermoso el campo! Era verano.

Al cumplir sus 6 años Esmeralda, una pequeña niña de origen humilde su único regalo que le pudieron dar sus padres fue un pato pequeñito tan pero tan bonito que la niña daba saltos de alegría. El pato esperaba algo mucho mejor como dueña como de casa y de tanto enojo empezó a picar a la niña. Sus padres lo dejaron afuera de la casa y el patito orgulloso se sintió muy enojado y lo único que hizo en toda la noche fue gritar y gritar.

Su anterior vida en la granja fue mejor porque despreciaba a todos los animales aunque fueran más grandes y fuertes que él. A la mañana siguiente el patito ya tenía unas pocas migajas pero llegó otra pata tan pero tan fea, sucia y maltratada que lo espantó, sin embargo le dijo:
—Espera, sólo te quiero preguntar algo: ¿Me compartirías un poco de tu comida? No he comido en días y me siento muy mal.
El patito egoísta contestó:
—No, porque es mi comida y yo nunca comparto mis cosas y mucho menos mi alimento.
Esta patita fea no era común, más bien era la reina de los animales y naturaleza diciéndole muy enojada:
—Tendrás que cambiar tu actitud, tienes sólo 3 oportunidades por si te portas mal y 3 días para hacer feliz a Esmeralda o tendría que sufrir muy graves consecuencias.
Éste sin hacerle caso, pensó que la patita armó todo ese drama para que le compartiera de su comida y desapareció instantáneamente. El clima se tornó nublado y empezó a llover. Nadie se acordó de el patito y se tuvo que mojar durante todo el día.
En la noche la niña metió a su patito ya que sus padres se fueron a trabajar, ella le empezó a contar lo importante que fue la llegada a su vida y sobre que le gustaba hacer, jugaron un poco pero de tanto cansancio la niña se quedó dormida en el sillón abrazando a su patito que estaba furioso. Al amanecer Esmeralda busco a sus padres pero no estaban, sintiéndose un poco triste y empezó a llorar y el patito conmovido trató de jugar con ella pero no le hacía caso; para colmo solo había un bolillo de comida y la niña se lo comió todo. Al siguiente día el patito y la niña ya desilusionados por el abandono de sus padres salieron a buscar un poco de comida pero al verla tan pobre nadie la ayudaba. El patito lo único que pudo hacer es buscar a aquella pata fea para que ayudara a la niña pero no la encontró y la niña cada momento se veía más triste, llorando muy desesperadamente y sin ganas de nada. El patito sintió mucha tristeza y le mostró todo su apoyo a su dueña sin embargo no era suficiente ya que el patito no sabía cómo demostrar su afecto. Era el tercer día, no gastó ninguna oportunidad pero  los días se agotaron, vendría la reina. A la misma hora que lo visitó la otra vez el patito, salió de la casa por curiosidad, la niña se sorprendió y siguió al patito, de pronto se apareció la reina en forma humana diciéndole a Esmeralda:
–Pequeña, yo cuidaré de ti queriéndote por siempre y te llevaré a vivir a mi hermoso mundo de fantasía-
La niña corrió a sus brazos dándole un fuerte abrazo, llorado de alegría y le lanzó un hechizo para convertirla en una hermosa princesita.
Por otro lado al patito le dijo:
—Veo que la tragedia de tu dueña ha conmovido un poco tu corazón de piedra, pero tendrás que pagar por su anterior forma de ser así que te  convertiré en un patito feo.

El patito aceptó su transformación y el hechizo cambió su alma y forma de ver la vida y a los demás. A partir de ahí el día cambió de nublado a caluroso y con un hermoso arcoíris. Tiempo después el patito encontró a toda su familia y fue muy feliz aprendiendo a vivir con un diferente aspecto y personalidad.
FIN.

Nombre: Michelle López Ochoa.
Biblioteca: ‘‘Revolución Mexicana’’ No. 912
Localidad: Santa María Coronango, Puebla.

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