martes, 8 de mayo de 2012

Escribe tu final 12: EXTRAÑOS PEREGRINOS DOCE CUENTOS



EL FANTASMA DE AGOSTO
GABRIEL GARCIA MARQUEZ
DIANA, S. A.

Llegamos a Arezzo un poco antes del medio día, y perdimos más de dos horas buscando el castillo renacentista que el escritor venezolano Miguel Otero Silva había comprado en aquel recodo idílico de la campiña toscana. Era un domingo de principios de agosto, ardiente y bullicioso, y no era fácil encontrar a alguien que supiera algo en las calles abarrotadas de turistas. Al cabo de muchas tentativas inútiles volvimos al automóvil, abandonamos la ciudad por un sendero de cipreses sin indicaciones viales, y una vieja pastora de gansos nos indicó con precisión dónde estaba el castillo. Antes de despedirse nos preguntó si pensábamos dormir allí, y le contestamos, como lo teníamos previsto, que solo íbamos a almorzar.
—Menos mal—dijo ella— porque en esa casa espantan.
Mi esposa y yo, que no creemos en aparecidos del medio día, nos burlamos de su credulidad  pero nuestros dos hijos, de nueve y siete años, se pusieron dichosos con la idea de conocer un fantasma de cuerpo presente.


Como si en verdad esa excursión por la  campiña les diera la seguridad de encontrarse y conversar con los espantos que según los vecinos andaban en el castillo, por azares del destino un problema en el automóvil hace necesario que se queden en el castillo, y una nueva aventura nace atreves de esa  estancia ya que el fantasma del castillo como se lo pueden imaginar no puede permitir que los visitantes se retiren sin pena ni gloria. Se aparece ese espíritu a los hijos de esta pareja. Claro, no de cuerpo entero, sin  embargo los niños, como ustedes saben, no tienen miedo. Al contrario les fascina la idea de conocer a los fantasmas.
En cambio sus padres con la inquietud que caracteriza a la gente mayor y los comentarios de la pastora de gansos que influye en el animo de los visitantes, estaban iniciando el desayuno cuando se escucharon unos ruidos sin ton ni son. De repente otro largo silencio y se vuelven a escuchar murmullos y otro silencio los niños curiosos como siempre y pendientes de las travesuras de los fantasmas no desayunan, ni les apetece hacer nada que no sea vigilar cada ruido que se oye en el gran castillo, en el momento siguiente guardan su comida y pensaron compartirla con los fantasmas. Estaban decididos a comunicarse de una u otra forma con ellos.

Después de varias horas de andar en el castillo ya tienen la seguridad de ser amigos de los espíritus chocarreros, tanto es así que los niños ya no querían irse de ese castillo.

Los padres estaban dispuestos a irse lo más pronto posible de Arezzo uno de los padres sintió curiosidad y un miedo atroz pero algo le decía que  investigara quienes fueron esos fantasmas quizá   alguien que llegó al castillo en busca de un nuevo hogar, una familia. Pero en el transcurso de esa búsqueda su mundo cambió y quedó fascinado con el paisaje hermoso de esa región que al fin y al cabo es parte importante de esta historia. Otra probabilidad es que encontró al amor de su vida ahí y por caprichos de la vida esa persona murió, lo que cambia su vida y deja de tener sentido quedando sumido en la tristeza y desesperanza a esperar la muerte.
Sin embargo su espíritu no ha muerto,  cada vez que alguien cruza por el castillo y con una familia como en la que el soñó, su travieso espíritu sale para espantarlos o mejor dicho sale a disfrutar de ese amor,  que le recuerda al que alguna vez tuvo le da por espantar a los visitantes pero no se van espantados se van con el espíritu fortalecido por el amor.



Nombre: C. Nora Ivón Ortega González.                             30/04/2012
Correo Electronico:   Noryivonee@Hotmail.Com
Biblioteca : Guadalupe  Martínez  Ortega
Ciudad: Teteles de Ávila Castillo, Puebla

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