(1913-2005)
Cuando
mi tarea fue hacer una biografía, lo primero que pensé es en hacerla a una persona muy conocida por su estructura
de vida y más a un porque tuve la oportunidad de conocerlo ya que la mayor
parte de este texto son muchas de sus palabras y sus vivencias de vida.
Lo conocí cuando tenía 15 años; conviví con el aproximadamente 30 años y
en ese lapso tuve la gran oportunidad de escucharlo. He aquí un poquito de su
historia: originario de Itzatlan, Puebla; siendo el cuarto hijo del matrimonio
del Sr. Benito Vargas Rangel y la esposa Rufina Gutiérrez Islas, Benito
originario de Acaxochitlan Hgo. y Rufina de Tlacuilotepec Puebla.
Benito y Rufina (finados), procrearon en él una gran semilla. Cliserio
muy trabajador, honrado como pocos hoy existen. Su palabra avalaba cualquier
documento; era ley. Lo que decía se cumplía. Tuvo un primer matrimonio del cual
procreo 7 hijos y por razones muy personales se separó de su primera esposa,
tiempo después contrajo nuevas nupcias con la Sra. Celia del Rio Osorio,
originaria de Jilotepec estado de México, procreando 2 hijos: Gustavo Vargas del
Rio y Francisco Javier Vargas del Rio. Ahora bien, don Cliserio tuvo sus
inicios como ganadero y cafeticultor y fueron en una pequeña propiedad llamada
Teteloloya. Él contaba que tomaba el machete y hacha limpiando a hombro partido
su propiedad y cuando tuvo oportunidad de mejorar y salir, la aprovechó. Sin
dudar compró un pequeño rancho llamado: Santa Carmen y de igual manera lo
trabajó y sembró hasta dejarlo limpio como su corazón noble, apoyando a sus
hermanos, repartió en partes iguales a cada uno de ellos. Hoy que ya no está,
sigo teniendo la oportunidad de recordar muchas cosas positivas del Sr. También
sé que hubo muchos tropiezos en su vida ya que siempre ha existido y existe la
envidia en nuestro entorno. Una anécdota muy recordada es cuando se sentaba en
cada pierna a sus nietos más chicos hijos de Francisco Javier ya que para ese
entonces, las chicas que venían de Itzatlan les decía: — ¡Tata, tata! habiendo
tanta carne y yo sin dientes— y así toda su vida coqueto pero muy trabajador
sobre todo honrado.
En ese tiempo no había tanto licenciado como hoy; él mismo veía la manera y ayudaba a quien necesitara de su apoyo. Quien pasaba por la acera y
él se encontraba fuera de su casa
lo saludaban con respeto. En ocasiones lo recuerdo montado en su caballo negro,
su sombrero de lado y esa gallardura cuando montaba. Hoy él ya no está, su
tiempo en la tierra concluyó pero su recuerdo está presente día con día al ver
la gran semilla que dejó a sus sucesores ojala todos nosotros tomáramos los
ejemplos positivos en nuestra vida y en nuestro entorno sería otra cosa el
mundo con mucho respeto a toda su familia hago este pequeño recordatorio a un
gran ser humano.
Cliserio Vargas Gutiérrez nació en Itzatlan Puebla el 21 de septiembre
de 1913 y murió el 30 de enero del 2005.Le sobreviven 6 hijos de su primer
matrimonio y 1 del segundo, y sus nietos.
Dejó un legado, la palabra es la ley y sobre todo la humildad es el
mayor tesoro.
Ana
Rosa Ortiz Hernández
ANOCHE ESCUCHE ALGO QUE ME RECORDO ESTAS PALARAS LA PALARA DICHA VALE COMO CUALQUIER FIRMAS CON CARIÑO PARA TI MAMA
ResponderEliminartrabajadores e inteligentes han sabido dirigir sus caminos de menos a mas por experiencia lo digo
ResponderEliminar