jueves, 10 de mayo de 2012

Escribe tu final 15: La familia Trapejo


En pobre choza a orillas del basurero Vivian los esposos Trapejo. Todo el día el señor Trapejo recogía de la basura; latas vacías para venderlas en las fábricas que reciclan metal: todo el día la señora Trapejo buscaba trapos que lavaban y amarraban en grandes pocos para que las artesanas del pueblo tejieron sus cobijas de colores
Los esposos Trapejo tenían una hija con una condición física, que le impedía caminar. La niña tenía muchas ganas de caminar y de salir a jugar como los otros niños. Los señores tenían que trabajar muy duro ya que la medicina y el tratamiento de su hija era muy caro. El señor Trapejo hacia otros trabajos para traer a casa más dinero, él era carpintero y electricista entre otras cosas. La señora vendía en el mercado comida tradicional su hija le ayuda a cobrar.
La niña ansiaba con ir a la escuela ya que no podía ir debido a que sus papás no ganaban lo suficiente para darle las dos cosas sus medicinas y su educación. Ella le rezaba con su corazón y pedía caminar, y con ir a la escuela. Ella decía que cuando estaba grande ella iba ser doctora para poder ayudar a personas como ellas y niños que no tiene dinero, para poder pagar una visita al doctor.
Un día mientras estaba con su mamá en el mercado, una  señora se acercó a comprar. Sin querer escuchó lo que la niña le preguntaba a su mama, “¿mamá ya mero podre ir a la escuela?” La señora les pregunto por qué la niña no iba a la escuela. La señora Trapejo dijo, “señora mi hija no va a la escuela porque no ganamos lo suficiente para mandarla y para comprar sus medicinas y tratamiento.” La señora les dijo que ella era doctora  que si ellos se los permitía ella podría ver a su hija sin costo alguno, que ella les podría recomendar un lugar donde le podrían dar las terapias a su hija donde no pagan nada. La niña y su mamá con alegría le dijeron que sí.  La señora Trapejo dijo que nada les haría más feliz que su hija caminara.
La doctora ayudó a la familia Trapejo. Y con el tiempo y las terapias la niña poco a poco pudo dejar la silla de ruedas. Primero anduvo con una andadora para darle seguridad, ya que era su primera vez caminando. Luego anduvo con unas muletas, cuando ya logró tener un poco más de fuerza. Hasta por fin caminar sin ningún tipo de aparato.
La doctora se había encariñado mucho con la niña que le propuso ayudarla con sus estudios, siempre y cuando ella le echara muchas ganas con sacar muy buenas calefacciones,  la niña llorando le dijo que sí, que ella no había estado en la escuela y que sería su primera vez.

Belen Cielo Rueda                                                                                                                                                                  
Biblioteca pública regional no.508 Mtro.                                                                                                            
Vicente t. Mendoza

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