LIBRÍN
En
bibliolandia, una gran aldea donde reinaba la magia, todo era tranquilidad.
Cada quien hacia su trabajo, y sus calles eran muy ordenadas y bonitas.
Cuando llegaba algún visitante, luego luego daba con la dirección que
buscaba, por ejemplo: si buscaba la calle 400 Lenguas, casa 497.45, rápidamente
la encontraba, ya que a la entrada, estaba Don Catalogón, con todas las
direcciones y datos de cada
habitante de bibliolandia.
Pero de pronto un día, se desató una gran discusión, ya que como
siempre, nunca falta aquel que ponga el desorden. Librogrón, que vivía en la
calle 800 Literatura y Retórica, empezó a pelear con las partes que vivían con
él, diciéndoles que no las necesitaba y que si querían quedarse le dieran sus
razones de por qué tendría que ser así, ya que uno de ellos tendría que irse.
La primera en hablar fue Ada Portada quien le dijo— mira yo soy muy necesaria, ya que sin
mí no podrían saber de qué tratas y quién te hizo, entre otras muchas cosas.
—¡No, no, no! Yo soy la más importante—, replicó Marta sobrecubierta—¿no
vez que yo cuido que no te maltrates y soy quien da la mejor impresión de ti?
—Bueno, bueno. Eso es muy cierto—, contestó pepa solapa— pero recuerda
Marta Cubierta, que yo formo parte de ti ya que nacimos unidas y somos una
sola.
—Mjmjmjmj, pues, déjenme decirles queridas amigas que sin mí, no serían
nada, ya que yo soy quien las sostiene y sin mí, andarían todas desparpajadas,
fanfarreó don Temo Lomo.
—¿A ver, a ver y yo qué? ¿No cuento? Déjenme decirles, que si yo me voy,
de nada serviría que ustedes estuvieran ¿o qué no? ¿En dónde escribirían lo que
han vivido y que quieren que los demás sepan?, dijo Lina página.
Librogron, muy serio se volteó hacia sus vecinos quienes ponían mucha
atención a lo que decían cada una de las partes y les preguntó: ¿y ustedes qué dicen?, ¿quién es la más
importante?
Librina, con su voz tierna dijo:—No podemos opinar hasta oír a todas,
dejemos que terminen de hablar.
—Esta bien contestó librogron –A ver tú, Dana contraportada habla.
—Miren, yo con todo respeto sólo puedo decirles que sin mi hermana Ada
portada no sería nada, pues somos muy necesarias las dos ya que sin nosotras no
tendrías ninguna protección. Ni identificación y alguna de nosotras no estarías completo.
—¿Y tú, Hilda Portadilla?— dijo señalándola librogron. Mi importancia es
mucha ya que la información que contengo es necesaria y práctica—, contestó
Hilda Portadilla muy segura de sí.
—¡Falto yo, falto yo! —, se oyó
a lo lejos. Era don Juanelo Tejuelo, quien dijo muy sonriente: —¿saben
por qué esta aldea siempre ha sido tan ordenada? Pues por que yo tengo la
dirección exacta para que te encuentren y sin mí serías uno más del montón y
sería muy difícil, asentó don Juanelo tejuelo.
—Mmmmmm—, Librogrón daba vueltas y vueltas muy pensativo y de repente,
dijo: —Ya sé, ya sé. Quién se va es la hoja de respeto—, quien se puso a llorar
diciendo: —¿por qué yo por qué?, pues aunque esté en blanco no quiere decir que
no sea necesaria, en cualquier momento puedo tener algo maravilloso y la
verdad, ya no hay respeto, no lo hay—, dijo sin dejar de llorar.
—Tranquila, tranquila—, dijo librogron, quien no era tan malo y sintió
feo por haberla hecho llorar. Dándole un abrazo.
—Y tú amigo, ¿qué tienes que decir?
—¿Yo? Yo no tengo mucho qué
decir pues todos saben de mi importancia. Soy quien atrae las miradas hacia ti,
ya que puedo ser de muchos materiales y formas, dijo Asencion encuadernación
muy segura y altiva.
—Creo que hemos escuchado a todos, ayúdenme a decidir ya que no hay
mucho espacio para todos–, dijo desesperado Librogrón.
Librin,
quien había estado muy atento a todo dijo: —No podría imaginarme estar sin una
de mis partes, nacieron conmigo y cada uno tenemos lo que necesitamos para
despertar la imaginación y la magia de quien nos lee. Si tú te deshicieras de
una de tus partes, dejarías de ser quien eres. No estarías completo. Es como
en una familia, cada integrante
cuenta y cada uno es diferente, pero muy importante.
A lo lejos el búho de la sabiduría pensó: —Un niño siempre tiene razón
pues ve las cosas con los ojos del alma.
Todos estuvieron de acuerdo y aplaudieron las palabras de Librin.
Librogrón, se puso a llorar y pidió disculpas a sus compañeros y dijo: —
Tienen mucha razón, la verdad no
me había dado cuenta de cuanta falta me hacen y de que son muy importantes para
que sea quien soy y como dice mi compadre refranero, todo cabe en un jarrito
sabiéndolo acomodar.
Y colorín colorado este
cuento se ha acabado el que se quede sentado se queda pegado
FIN
María Minerva López
Vázquez
Biblioteca Pública Municipal “Mtra. Rosa Esther Adame Quiñones” No 8617
Junta Auxiliar La Gloria, Cd
Serdán, Puebla.
A MI ME DIO RISA CUANDO REDACTE EL MIO ME AGRADO EL TUYO ES UN GUSTO SALUDARTE ANA ROSA ORTIZ
ResponderEliminarEste cuento que escribí, es con amor para todos los niños ya que ellos me han iyectado su alegria y entusiasmo.
Eliminarjamas permitamos que muera el niño que llevamos dentro.
;) Muy buenos los dos.
ResponderEliminar;)