Gabriela Mistral (Lucila de
María del Perpetuo Socorro Godoy), escritora y poeta chilena nació el 7 de
abril de 1889 en Vicuña Chile,
A sus 16 años de
edad inició dando la palabra de luz a los pequeños que no sabían leer ni
escribir. Dio esta enseñanza en lugares cercanos a su lugar de origen, fue una labor difícil y
humilde pero para ella lo más importante fue la siembra y el haber entregado su
dedicación y amor a su trabajo.
Fue maestra de
muchos pequeños. Les leía, les
platicaba y les ayudaba a entender
a cada uno de ellos los
detalles que ocurrían a su alrededor: les hablaba de las montañas, de las
barrancas, de la belleza del mar, de las aves, de las piedritas del camino por
donde iba la gente con sus tristezas y sus alegrías; mientras ella les enseñaba
a esos pequeños ella escribía poemas en donde había recuerdos gratos y no tan
gratos de su vida.
No tenía estudios
de maestra hasta el año de 1910 donde reafirmó sus conocimientos y se tituló
como profesora en la escuela normal de Chile.
En 1922 se
trasladó a México con la finalidad de apoyar la reforma educativa que inició
José Vasconcelos y fundó una escuela que llevó su nombre y colaboró en la
organización de varias bibliotecas en la cuidad.
En 1923 público
un libro de Rondas de niños y un
libro de lectura para mujeres, en
1924 publicó un librito llamado Ternura.
En 1943 y por más
de veinte años fue cónsul de su país en Europa y América y cada una de sus
obras fue traducida a diferentes idiomas.
En 1945 es la
primera mujer de Latinoamérica en recibir el premio nobel de literatura.
Gabriela Mistral
canta a nuestros niños en cada uno de sus poemas, como lo hizo cuando era una
joven.
Gabriela Mistral
falleció un 10 de enero de 1957 en la ciudad de Nueva York, a causa de diabetes
y un problema en el corazón, dejando muchas cartas y documentos sin haberse
publicado, Gabriela Mistral nombra en su testamento como albacea de todos sus
bienes y obras a Doris Dana, quien no dejó que se llevaran los restos de
Mistral hasta no reconocer a la poetista como se tenía que reconocer en su país
como lo fue a nivel mundial.
Y Deja en su
testamento parte de su dinero destinado a los niños pobres de su país.
Elaboro: Edith Barranco
Coria.
Biblioteca nº 553 “Sor Juana
Inés de la Cruz”
Acajete, Puebla.
orale Edith tú... muy bien saludos
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