Distinguida
damisela de San José el Chico ranchería dónde radica la señora Colofón, con
ella vive su fiel Guarda. Colofón se mantiene de hacer tamales que vende cada
jueves y domingos en el mercado de su comunidad y para transportarlos tiene a
Tejuelo un pobre burro que ya tiene lastimado el lomo de la pesada carga. Cierto
día en el trayecto a casa se encuentra a Guarda muy nerviosa pues las chismosas
del pueblo andan susurrando que Colofón solapa a su sobrina Sobrecubierta (ligera
la chamaca); le encanta andar Frontis para llamar más la atención, ósea, es su
portada ante los demás, para pescar galán con dinero (interesada la niña). La
chamaca conoce un ingeniero que se encuentra trabajando en una obra, pues para
ese tiempo llegaron varias compañías a trabajar según para el progreso del
pueblo. Ya se han de imaginar cómo se alborotaron las damas poniéndose Frontis
para pescar galán como Sobrecubierto que anda por todos lados con su Inge, (así
le dicen sus amigos). El mismo que anda hasta las manitas por la susodicha que
le saca todo lo que puede en dinero y ropa sexy para lucir con él y uno que
otro tonto que se deja. Cierto día, Sobrecubierto encuentra la horma de sus
zapatos pues un galán de tiempos pasados la busca para reclamarle su mala
actitud pues aparte de ser cascos ligeros es media bruja y droguera, ya que le
quedó a deber y nada de nada, pero hay algo que ella no sabe. Todo tiene su
tiempo.
Cierto día a Colofón amanece enferma y ya tiene listos sus tamales para la
venta en el mercado así que manda a Guarda a buscar a su sobrina para que vaya
en su lugar y como no había de otra, tuvo que obedecer, Tejuelo que se
encuentra comiendo su ración de maíz del día, es interrumpido para ponerle el
avío y montar la carga tomando en cuenta que todavía está lastimado de su lomo
y en señal de protesta rebuzna. Guarda, nerviosa, encarga mucho la venta, ya en
el mercado Sobrecubierto, pone su puesto empezando a gritar: —¡Tamales, tamales
calientitos exquisitos como yo!—. Provocativa y vestida con su sensualidad. Los
primeros que se acercan son los
señores; a uno de ellos lo pesca su esposa Contraportada viendo el hombre el
escote de la damisela provocando tremendo zafarrancho acabando los tamales
regados y pisoteados. Sobrecubierto toda desgreñada con un ojo morado hecha un
desastre y el pobre Tejuelo nervioso. Al escándalo sale corriendo sin rumbo no
quedándole otra cosa a la chamaca de tomar retorno a pie y sin ganancias.
Guarda que ha estado pendiente y como si lo presintiera, está nerviosa pues ya
sabe lo coqueta que es y no ha tenido un minuto de sosiego comiéndose las uñas
de nervios, al verla llegar hecha un desastre le pregunta ¿qué pasó? Llorando
le cuenta lo acontecido. ¡Pobre! Aparte de todo es regañada. Guarda aprovecha
la oportunidad dándole consejos: —Mira Sobrecubierto, no necesitas andar
Frontis, ni enseñar escotes ni ponerte ropa provocativa para que vean que eres toda una mujer, todo lo
contrario dale vuelta a la página y trata de ser diferente pues en cada ser
humano sin importar sexo ni edad lo más importante es ver el interior de su
alma, velo así de simple.
Toma un libro al azar; tal vez la portada y sus páginas estén
maltratadas por el tiempo, pero jamás por eso su contenido dejará de ser
exquisito en sabiduría así tú, ahora ven vamos a ver a tu tía Colofón a darle
las nuevas. Ella también tendrá que aprender a no solapar tu mala actitud y
también tendrá que cuidar al pobre
Tejuelo de su lomo herido y espero que todo esto nos sirva de lección en
nuestra vida. Guarda los abraza y les dice las quiero.
Ana
Rosa Ortiz
Biblioteca:
Israel Gómez, Xicotepec Puebla
ME AGRADA AMIGA QUE HOY HAGAS LO QUE TE GUSTA SALUDOS UN ABRAZO
ResponderEliminarMuy buena narrativa. Felicidades.
ResponderEliminarMuy buen escrito, los nombres algo fuera de lo común, pero muy divertidos y frescos. Siga escribiendo.
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